La vieja encina
buscaba, entre los robles,
el sol del día.
Algo de luz,
pedían hoy sus ramas,
y de calor.
"Los años pasan,
la juventud con ellos
y yo lo noto".
Eso decía
la encina de estos versos
a sus vecinos.
Los viejos robles,
y eternos compañeros
de tantos años.
¡Cuántas historias,
y largas confidencias,
ellos conocen!
Aquellos días
de amor y de pasiones
bajo sus ramas.
Aquellos otros
de besos y miradas
interminables.
Y los precisos
con votos y promesas
de juventud.
...Hoy, con el tiempo,
que pasa y que no vuelve,
solo hay tatuajes.
Nombres escritos
y heridas olvidadas
en nuestra encina.
Hay soledad
y el bosque está en silencio.
Los robles lloran.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/01/24
Stupendi versi ispirati da una quercia parlante dolce ed affettuosa
ResponderEliminarMolto piaciuti
Gracias Giorgio.
EliminarUn saludo.
Tutti scritti con bellissimi "haiku" complimenti
ResponderEliminarNo son Haikus, Giorgio, es verso libre con la medida 5-7-5, pero sin ninguna relación con el Haiku. Gracias.
EliminarUn saludo.
uy!!! Rafael, me has emocionado amigo, cuanta nostalgia padecen esos viejos robles. Un delicia de versos. Un abrazo Rafael.
ResponderEliminarGracias Carmen.
EliminarUn abrazo.
Los arboles son compañeros de vida y en sus ramas guardan recuerdos de buenos momentos.
ResponderEliminarSaludos.
Así es María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Tremendos versos hermosos.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarAbrazo.
La belleza de lo viejo está en la sabiduría que encierra en ello.
ResponderEliminarVersos sentidos y aplaudidos si me permites. Un abrazo Rafael.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz jueves.
Muy bellos versos, como un árbol que cobija los tatuajes de sus cortezas, aun pasando el tiempo.
ResponderEliminarPrecioso. Un abrazo fuerte, Rafael.
Gracias por ver así estos versos, Maripau.
EliminarUn abrazo y feliz día.
haikus llenos de dulce nostalgia, abrazos
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