La luna de mayo
se asoma en el cielo,
ya viene la noche
con luna y luceros.
La luna, coqueta,
no causa revuelo,
y llega despacio
con rimas y versos.
Encanta al poeta
y apaga sus miedos,
de amores difusos,
princesas y cuentos.
Hay dulces suspiros,
murmullos de ciervos,
que salen de noche
al quite y al celo.
También las chicharras
entonan al viento
las viejas canciones
que aplacan el miedo.
Y tú, mientras tanto,
sonríes, contento,
pues ves a la luna
mandándote un beso.
Sus labios de plata
susurran "te quiero",
y tú te estremeces
viviendo este sueño.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/05/24
Me gusta tu manera de crear, disfruto con ella, y siento envidia de no poder escribir estas maravillas. Un saludo y felicidades.
ResponderEliminarGracias Fibo, seguro que lo haces bien.
EliminarUn saludo.
Esas rimas son ideales, y esa luna que siempre está ahí para darnos ese toque de romanticismos y melancolía.
ResponderEliminarUn beso, Rafael.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
¡Qué bellas palabras a la luna!
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Un poeta real que se enamora de la luna, bellos versos, selene estara feliz.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
La luna tiene su misión y su sentido, que cumple de maravilla, Rafael...Tus versos nos hacen mirar al cielo y sentir su presencia espiritual, alentándonos e inspirándonos en el camino...Muy bello, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo siempre y feliz domingo.
Qué noche lunada, aunque no sea plenilunada, precioso poema.
ResponderEliminarPor la noche y sus sonidos, sentires y luna. Un fuerte abrazo, Rafael