Hay nubes de plata
que van por los cielos,,
tranquilas, despacio
dejándonos sueños.
Hay ojos que miran
y ven a los Elfos,
pasar entre nubes
y en ellas durmiendo.
Yo soy el que escribo,
y dejo en los versos,
canciones y nadas
de niños pequeños.
A ellos, mis letras,
les llevan mis besos,
en dulces suspiros
que llevo muy dentro.
Lo sabe mi alma
y anima a los dedos,
que buscan y piensan,
así lo que siento.
Las nubes de plata
me dejan ensueños,
y mil filigranas
que van al cuaderno.
Allí los desgrano
en brisas y vientos,
en versos sin rimas
de niños traviesos.
Y así paso el día
y luego me duermo,
con manto de noche
y luna y luceros.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/05/24
¡¡Bello poema Rafael!!
ResponderEliminarLa primavera sueña en tus versos.
Abrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Las nubes deberían saber lo que se dice y se cuentan de ellas, y no hay mejor pluma como la tuya, para hacernos disfrutar de ellas.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Fibo, eres muy amable.
EliminarUn abrazo.
Las nubes pueden inspirar poemas. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Ester
EliminarAbrazo.
Al buen poeta todo le inspira, si ve una nube se inventa un poema, donde estás son algodón donde dormita algún elfo o duendecillo.
ResponderEliminarUn abrazo, soñemos con la vida.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Esas nube han dado mucho juego. El pasado, reivindicándose.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Rafael.
Gracias Maripau.
EliminarUn abrazo.
Tus letras son las nanas de tu alma, que le canta al niño grande que te habita y que disfruta, haciéndonos disfrutar a todos, Rafael...Las letras son mágicas, nos alimentan e impulsan, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo siempre, compañero.
Ay, las nubes... cuánta inspiración y sueños nos dan.
ResponderEliminarPrecioso poema.
Abrazo, Rafael.