Buscaba el mar,
sin prisa, la gaviota,
muy de mañana.
Cielos oscuros
dejaban el anuncio
de una galerna.
Los marineros
miraban, temblorosos
la dura barra.
Había dudas
salir o no a la mar,
duro destino.
Porque los cielos
y el mar con sus presagios
metían miedo.
Miedo al naufragio
que cuentan los mayores
se cobró vidas.
Pero las dudas
y el pan que precisaban,
era su lucha.
Es dura estampa
narrada en los relatos
de mis abuelos.
Hoy la rescato,
la dejo en estos versos
con un suspiro.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/09/25
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