Es mejor ver el tren desde el silencio
como parte y se marcha hacia la nada,
así lleva los restos del pasado
y también muchos sueños y esperanzas.
Todo hombre se para en un momento,
para ver en el fondo de su alma,
esos gozos y sombras de la vida
esas líneas que quedan dibujadas.
Sin querer te subyugan los railes,
esas vías que van en la distancia
a morir en lejanos paraísos
en andenes cubiertos de nostalgia.
Hay quizás una nota de tristeza,
una estrella perdida con el alba,
un chispazo que salta en los sentidos
y una voz en el tiempo que te habla.
Se acabaron de pronto las estrellas
al llegar con la aurora la mañana,
y marchar con el tren hacia el destierro
todo el tiempo vivido que te falta.
Pero hay algo que parte en los vagones
y que rompe ese hilo con su marcha,
es la gota de lluvia y el rocío,
que quedó en el alma condensada.
Puede ser que te quedes contemplando
la figura indolente de un fantasma
o quizás la gaviota mañanera
que volando saluda con sus alas.
Mas no pienses en tiempos ya pasados
el presente está vivo y te reclama,
en tu pecho está el tren de tu destino,
y el billete y el beso que te aguarda.
Abandona por siempre tu silencio,
deja libres tus sueños y añoranzas,
al final lograrás lo que deseas
con el beso que llegue hasta tu cara.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/02/10
como parte y se marcha hacia la nada,
así lleva los restos del pasado
y también muchos sueños y esperanzas.
Todo hombre se para en un momento,
para ver en el fondo de su alma,
esos gozos y sombras de la vida
esas líneas que quedan dibujadas.
Sin querer te subyugan los railes,
esas vías que van en la distancia
a morir en lejanos paraísos
en andenes cubiertos de nostalgia.
Hay quizás una nota de tristeza,
una estrella perdida con el alba,
un chispazo que salta en los sentidos
y una voz en el tiempo que te habla.
Se acabaron de pronto las estrellas
al llegar con la aurora la mañana,
y marchar con el tren hacia el destierro
todo el tiempo vivido que te falta.
Pero hay algo que parte en los vagones
y que rompe ese hilo con su marcha,
es la gota de lluvia y el rocío,
que quedó en el alma condensada.
Puede ser que te quedes contemplando
la figura indolente de un fantasma
o quizás la gaviota mañanera
que volando saluda con sus alas.
Mas no pienses en tiempos ya pasados
el presente está vivo y te reclama,
en tu pecho está el tren de tu destino,
y el billete y el beso que te aguarda.
Abandona por siempre tu silencio,
deja libres tus sueños y añoranzas,
al final lograrás lo que deseas
con el beso que llegue hasta tu cara.
Rafael Sánchez Ortega ©
10/02/10
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