domingo, 28 de febrero de 2010

NO ENTIENDO LOS QUEJIDOS DE LA TIERRA

No entiendo los quejidos de la tierra
y el azote que manda a los sembrados,
los hombres suplicamos a los cielos
y el cielo nos responde con sus rayos.

Parece que la tierra se estremece,
que tiemblan edificios y los barcos,
que hay grietas en calzadas y autopistas
y hay hombres tras paredes sepultados.

No entiendo los temblores que han sufrido
ni entiendo la injusticia de este acto,
yo veo solamente a las personas
en busca de los seres tan amados.

El mundo se convierte en un pañuelo,
quizás en la noticia de un teatro,
y vemos a los hombres y mujeres
que pasan con la lágrima y su llanto.

Hoy lloran por los seres que han perdido,
amigos, familiares y hasta hermanos,
pues todos son un duelo en esta sangre,
sintiendo ese sabor bastante amargo.

Con tanta destrucción elevo al cielo
un rezo por los seres que han llorado,
y rezo por familias y por niños
y elevo mi plegaria hasta lo alto.

A ti te rezo Dios, a ti te pìdo,
que tengas compasión y no hagas daño,
que veas en los hombres de este pueblo
un pueblo que te ama sin pecado.

Un pueblo y la nación que a ti te clama,
que lucha con sudor y con trabajo,
para ir sobreviviendo día a día
y darte su cariño tan honrado.

...No entiendo los quejidos de la tierra,
ni entiendo que los dejes de tu mano,
a tantos habitantes que allí viven
y andan con el pecho destrozado.

Espero tu clemencia y tu justicia,
y mando mi plegaria hasta tu lado,
quisiera que calmaras tantas penas
y dieras a los hombres un regalo.

La dulce fantasía de los sueños
es algo muy comun en los humanos,
concédeles Señor esto que piden
y dales el amor que te han clamado.

Rafael Sánchez Ortega ©
28/02/10

No hay comentarios:

Publicar un comentario