Gaviota que vas volando
sobre las olas del mar,
buscando quizás carnada
para tu pico tomar.
Deja tu vuelo un momento,
ve con las olas a andar,
para bañarte con ellas
y entre las mismas danzar.
Marino que silencioso
miras las olas llegar,
con ese rítmo pausado
y que te invita a silbar.
Sueña con viajes de antaño
en que saliendo a pescar,
el corazón le dejabas
a quien le quiso guardar.
Niño que haciendo castillos
en un paciente jugar,
levanta pronto la almena
para con ella soñar.
Sueña con lindos corceles,
con los cosacos y el Zar,
y cuando de ellos te canses
no quieras ya despertar.
Rosa de enero preciada
que tardas en despuntar,
haz que tus pétalos rojos
hagan mi alma bailar.
Haz que te sienta y te goce
como una seda y collar,
y que mis dedos se enreden
entre la flor de tu ajuar.
Nordeste fiero que soplas
ven a la playa a secar,
a las arenas doradas
que esperan ya tu llegar.
Seca despacio sus granos
de cien en cien y en millar,
hasta que formes un lecho
para en el mismo gozar.
Cantina con cantinero
que prestas vino en el bar,
haz que los labios lo apuren
y que nos den su cantar.
Haz que se ahoguen las penas
y el corazón sin mudar
no cambie nunca el suspiro
ni deje nunca de amar.
Iglesia que vigilante
guardas celosa el altar,
llama deprisa a los fieles,
pon tu campana a tocar.
Hay una niña morena
con un marino a su par,
vienen los dos con las arras
para sus almas atar.
Niña que vas a la fuente
para la ropa lavar,
vuelve con cántaro fresco
para mi boca mojar.
Quiero beber de tus labios,
quiero contigo rezar,
quiero dormir en tu lecho
y junto a ti caminar.
Brisa del mar juguetona
que haces las hojas vibrar,
lleva mi beso contigo
para sus labios besar.
Viene tu beso en mi pecho,
y no lo quiero olvidar,
con otra brisa mas fuerte
que a mi me hace temblar.
Rafael Sánchez Ortega ©
09/02/10
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