Es un lago sereno y cristalino
donde acuden tus ojos en la tarde,
allí vas con tus sueños silenciosos
a mirar a través de sus cristales.
Tu sonrisa se asoma en esos labios,
contemplando los juncos y los sauces,
y una estrella fugaz, cruza tus ojos,
recordando momentos y pasajes.
"Es la vida, -te dices dulcemente,
es el sol quien te dice que te calles,
es el aire que toma tu suspiro
es la brisa que dobla los maizales".
Pero no, todo es fruto del momento,
de buscar en el lago tus saudades,
de indagar en el fondo de su limo,
esas algas tan verdes que le nacen.
Y te digo que si, que entre las aguas,
está el fruto y la esencia de las artes,
está el fondo tranquilo del espejo,
donde vienen los dioses a bañarse.
Y allí acuden Apolos y Minervas
los Pegasos y Helenas inmortales,
y las ninfas que surgen cantarinas
con su rostro tan bello y sus corales.
Reproduces la Iliada, en un momento,
y hasta ves en las aguas a los mares,
aquel mundo de Atlantes y odiseas
inconcreto y de eternos disparates.
Más tus sueños, son sueños solamente,
junto al lago que ves en este instante,
con la paz tan serena de sus aguas
y ese abrazo que manda hasta tu talle.
Porque el lago, es el centro de tus ojos,
es tu alma quien dice que lo ames,
y que busques en él esos latidos
que aceleran tu pecho que te arde.
Es un lago cargado de nostalgia,
del que surgen leyendas y cantares,
que dejaron juglares y poetas
y que calman la sed de los amantes.
Ahora miras el lago dulcemente
y navegas sin barca ni velamen,
te deslizas desnuda por sus aguas
a encontrar ese pecho que te abrace.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/10
donde acuden tus ojos en la tarde,
allí vas con tus sueños silenciosos
a mirar a través de sus cristales.
Tu sonrisa se asoma en esos labios,
contemplando los juncos y los sauces,
y una estrella fugaz, cruza tus ojos,
recordando momentos y pasajes.
"Es la vida, -te dices dulcemente,
es el sol quien te dice que te calles,
es el aire que toma tu suspiro
es la brisa que dobla los maizales".
Pero no, todo es fruto del momento,
de buscar en el lago tus saudades,
de indagar en el fondo de su limo,
esas algas tan verdes que le nacen.
Y te digo que si, que entre las aguas,
está el fruto y la esencia de las artes,
está el fondo tranquilo del espejo,
donde vienen los dioses a bañarse.
Y allí acuden Apolos y Minervas
los Pegasos y Helenas inmortales,
y las ninfas que surgen cantarinas
con su rostro tan bello y sus corales.
Reproduces la Iliada, en un momento,
y hasta ves en las aguas a los mares,
aquel mundo de Atlantes y odiseas
inconcreto y de eternos disparates.
Más tus sueños, son sueños solamente,
junto al lago que ves en este instante,
con la paz tan serena de sus aguas
y ese abrazo que manda hasta tu talle.
Porque el lago, es el centro de tus ojos,
es tu alma quien dice que lo ames,
y que busques en él esos latidos
que aceleran tu pecho que te arde.
Es un lago cargado de nostalgia,
del que surgen leyendas y cantares,
que dejaron juglares y poetas
y que calman la sed de los amantes.
Ahora miras el lago dulcemente
y navegas sin barca ni velamen,
te deslizas desnuda por sus aguas
a encontrar ese pecho que te abrace.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/10
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