Es el fuego enemigo candente
y el que quema si tocas sus brasas,
es también productor de cenizas
con la escoria que el viento levanta.
Pero el fuego mortal que hemos visto
es figura también que se escancia
a través de pavesas hermosas
y de ríos candentes de lava.
Aunque hay fuegos sagrados en versos
y poemas que así lo proclaman,
recordando la historia y la vida
de momentos y gestas pasadas.
Otro fuego se aviva en los ojos
y en pupilas que dejan palabras,
es el fuego sutil de los hombres
y el que abarca, también, a sus almas.
Pero el fuego, primero, que digo,
el que arrasa con ansia las casas,
es el fuego, voraz, que unas manos
provocaron, carentes de causa.
Unas rajas nacientes en prados,
escobales, espinos y matas,
marabunta de plantas nocivas
asfixiando a la vida temprana.
Porque el hombre que crea el problema,
el pastor del terruño y las vacas,
es aquel que se enfrenta primero
al problema del fuego que avanza.
Sin embargo se escudan cobardes
tras la dulce figura narrada,
son personas quizás enfermizas
y que buscan su orgasmo en las llamas.
"...Es el fuego enemigo candente
y también un amigo sin tacha,
precursor de purezas y siembras,
con mil rosas en él desatadas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/05/16
y el que quema si tocas sus brasas,
es también productor de cenizas
con la escoria que el viento levanta.
Pero el fuego mortal que hemos visto
es figura también que se escancia
a través de pavesas hermosas
y de ríos candentes de lava.
Aunque hay fuegos sagrados en versos
y poemas que así lo proclaman,
recordando la historia y la vida
de momentos y gestas pasadas.
Otro fuego se aviva en los ojos
y en pupilas que dejan palabras,
es el fuego sutil de los hombres
y el que abarca, también, a sus almas.
Pero el fuego, primero, que digo,
el que arrasa con ansia las casas,
es el fuego, voraz, que unas manos
provocaron, carentes de causa.
Unas rajas nacientes en prados,
escobales, espinos y matas,
marabunta de plantas nocivas
asfixiando a la vida temprana.
Porque el hombre que crea el problema,
el pastor del terruño y las vacas,
es aquel que se enfrenta primero
al problema del fuego que avanza.
Sin embargo se escudan cobardes
tras la dulce figura narrada,
son personas quizás enfermizas
y que buscan su orgasmo en las llamas.
"...Es el fuego enemigo candente
y también un amigo sin tacha,
precursor de purezas y siembras,
con mil rosas en él desatadas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/05/16
Si...es una pena como se descompone la vida de los campos y toda la naturaleza con fuegos provocados por la mano del hombre...ayer en las noticias daban el último que acababa de provocarse en un campo de neumáticos viejos...cuando no bombas...
ResponderEliminarBueno Rafael ,te deseo un feliz día ...
abrazos
Marina
Cierto, Marina, es como bien dices, para desgracia nuestra.
EliminarUn abrazo y que tengas un bonito fin de semana.
Así es amigo lo que narras en tus versos.
ResponderEliminarEn Madrid parece que un fuego maligno y perverso supuestamente provocado hace que los habitantes salgan evacuados de sus casas.
Un abrazo.
Coincidencia y casualidad, Efe, por desgracia.
EliminarUn abrazo.
El fuego que arrasa lo material
ResponderEliminarcomo tambien lo que sentimos dentro
Bello poema Rafael que se le puede dar distintos significados
Que pases buen fin de semana, un abrazo
Cierto Slave.
EliminarUn abrazo y gracias por tus palabras.
Purifica y da calor o batalla
ResponderEliminarel fuego ilumina, habla y ama
El fuego, por contradictorio que parezca también tiembra y apacigua las palabras.
El fuego es luz entre oscuridad y llamas y abraza cada ritual, regalándonos su ambar.
Un abrazo✴
El fuego es todo eso que señalas acertadamente, Athenea.
EliminarUn abrazo.
Hermoso poema, muy de actualidad el problema por desgracia. Un abrazo.
ResponderEliminarPor desgracia ha coincidido en el tiempo, Mara.
EliminarUn abrazo.
El fuego que destruye para iniciar nuevas palabras.
ResponderEliminarSaludos y me encantó tu poema
Sí, Guillermo, esa es la misión del fuego.
EliminarGracias por tu comentario. Un abrazo.
Hay fuegos y fuegos Rafa.Para los campos una bendicion y en exceso una tragedia. Para el hombre cuando el fuego nos entibia el alma nos compone, sino nos destruye o destruye a su vez todo a su paso. recorde un poema llamado los cien fuefuitos. Un abrazo
ResponderEliminarCoincido con tu definición Demian, y me alegro de que mis versos te recordaran ese poema que citas.
EliminarUn abrazo.
"con mil rosas en él desatadas"... qué precioso cierre!
ResponderEliminarFelicidades.
Bsss
Gracias por fijarte en ese verso, Carmen.
EliminarBesos.
Yo prefiero el fuego de los versos, ese es un fuego apasionado de los cuerpos amados fundidos, la otra clase de fuego, el que quema la naturaleza, hace daño y destruye la vida.
ResponderEliminarUn beso, amigo Rafael y feliz tarde.
Sí, María, son completamente diferentes y creo que todos desearíamos el primer fuego, como bien señalas.
EliminarUn beso en la tarde.
uufffff no esperaba este final amigo uufff si a veces es dolor, y a veces enciende la llama del amor y a veces mata y hiere , precioso mi querido amigo , un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias sinceras por tus palabras y comentario, Bea.
EliminarUn abrazo.
Ríos de fuego y pasión siempre tus versos, Rafa.
ResponderEliminarMucho mejores que el fuego que hoy está padeciendo buena parte de nuestro país.
Un abrazo.
Gracias por tus palabras, Tecla.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
Buen poema de análisis comparativo Rafael, provisto de cordura y ejemplo en todo su contenido.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias por verle asi, Juan.
EliminarUn abrazo.
Fuego que arrasa... desolador cuando lo hace en lo material y benefactor cuando es al alma a la que incendia.
ResponderEliminarMil besitos, Rafael.
Cierto Auroratris.
EliminarMil besitos también para ti y que tengas un lindo domingo.
Hola Rafael: Una poesia con gran realidad, el fuego provocado es bandalismo, pero necesitamos el fuego para dar calor a nuestra vida. Un abrazo y muy buen fin de semana!!!
ResponderEliminarGracias por tus palabras, Mercedes.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.