Me senté sobre una roca
para ver correr al río,
¡qué dulzura, catarata,
con el agua y remolino...!
Era un canto generoso,
un rumor y un gran delirio,
de las aguas juguetonas
que buscaban su destino.
Yo veía todo aquello
extasiado como un niño,
¡bello cuadro, ante mis ojos
despertando del rocío!
A lo lejos se estiraban
los meandros infinitos,
descendiendo hacia los mares
y llevando mis suspiros.
Era un cuadro tan precioso
que yo quise repetirlo,
regresando en otras tardes
a ese sitio tan bonito.
¡Qué delicia la del agua,
cuánto llanto reprimido,
el que lleva entre sus gotas
ese río tan crecido!
En él van los sentimientos
y los sueños más sencillos,
de los hombres que bien quieren
otro mundo más distinto.
Pero el río no se pierde
y prosigue su camino,
entre versos y canciones
que estremecen a los lirios.
"...Me senté sobre una roca
para ser allí testigo,
de ese río que desciende
hacia el mar con su cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/05/16
para ver correr al río,
¡qué dulzura, catarata,
con el agua y remolino...!
Era un canto generoso,
un rumor y un gran delirio,
de las aguas juguetonas
que buscaban su destino.
Yo veía todo aquello
extasiado como un niño,
¡bello cuadro, ante mis ojos
despertando del rocío!
A lo lejos se estiraban
los meandros infinitos,
descendiendo hacia los mares
y llevando mis suspiros.
Era un cuadro tan precioso
que yo quise repetirlo,
regresando en otras tardes
a ese sitio tan bonito.
¡Qué delicia la del agua,
cuánto llanto reprimido,
el que lleva entre sus gotas
ese río tan crecido!
En él van los sentimientos
y los sueños más sencillos,
de los hombres que bien quieren
otro mundo más distinto.
Pero el río no se pierde
y prosigue su camino,
entre versos y canciones
que estremecen a los lirios.
"...Me senté sobre una roca
para ser allí testigo,
de ese río que desciende
hacia el mar con su cariño..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/05/16
Bello poema Rafael, el río como nosotros busca su destino; el mar. Él sabe adonde va, nosotros no.
ResponderEliminarmariarosa
Así es María Rosa.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Rafael...no se si entró mi comentario...creo que si pero de repente se me escapó de los dedos...hermosos tus versos ...preciosos... hasta mas tarde...abrazos
ResponderEliminarGracias por tus palabras Marina.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
Qué momento tan delicioso.
ResponderEliminarDeberíamos practicarlo a menudo.
Besos.
Sí, Carmen, eso deberíamos.
EliminarBesos.
Me gusta cuando hablas del río, me hablas.
ResponderEliminarMe alegro de que así sea, Alicia.
EliminarAbrazos.
Ese instante en el que agua refleja los sentimientos.
ResponderEliminarUn abrazo ✴
Así es Athenea.
EliminarUn abrazo.
Los sentimientos fluyen en su vertiente, como el cauce del río.
ResponderEliminarPrecioso, Rafael
Abrazos
Gracias por verlos así, Entre palmeras.
EliminarUn abrazo.
En tu poema se desvanecen mis dudas: unas veces es canción y otras gemido lo que va diciendo el río.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bonita contestación Fanny.
EliminarUn abrazo.
el final me llegó al alma será queme he sentado tantas veces en esa roca para ver y escuchar el mar precioso un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarSí, para ver "tu brillo del mar", Bea, lo sé.
EliminarUn abrazo y feliz miércoles.
Rafael, el río es una bella metáfora de la vida, que fluye siempre hacia adelante con su voz cantarina, invitándonos a saborear las piedras, meandros y pececillos que se acercan y nos miran...Una preciosidad, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo.
M.Jesús
Cierto, María Jesús, así lo veo yo también.
EliminarUn abrazo y gracias.
hoy al leerte, yo tb me senté en esa roca y soñé, sentí y abracé
ResponderEliminarMe alegro de que hicieras eso que dejas en tu comentario, María.
EliminarUn abrazo y lindos sueños.