Alguna vez lloraron
los dioses por los niños,
al verlos descontentos
marchando a su destino,
tenían en los ojos
legañas y rocío,
de tardes y de noches
buscándose en los libros,
así son los pequeños
que siguen los caminos
con huellas invisibles
que captan los sentidos
y en ellos está el mundo
la tierra en que vivimos,
la casa soleada
y el lecho en que ha nacido...
Alguna vez lloraron
tus ojos, amor mío,
y fue cuando dejaste
volar a los suspiros;
salieron de tus labios
los versos contenidos,
retales de un poema
con besos y con lirios,
en ellos la esperanza
tenía recorrido
y estaba en la figura
del ángel y del niño...
¡Qué dúo, sin palabras,
¡qué arpegio tan divino!,
el niño con el hombre
uniendo sus latidos.
"...Alguna vez lloraron
tus ojos, buen amigo,
sabiendo que lloraban
los ojos tan queridos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/04/20
Esas lágrimas, qué de ratos infantiles se llevaron.
ResponderEliminarUn abrazo
Cierto, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Solo decirte que me encanto..
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde del miércoles.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo y feliz noche.
Me ha encantado la profundidad sencilla y el fondo de tus palabras...
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Buscador.
EliminarUn saludo.
Las lágrimas por los niños son las mas dolorosas profundos versos , un abrazo Rafael espero que estés bien desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tus palabras Bea. y sí, estoy bien y espero que tú también.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
¡Llorar nos limpia el alma!
ResponderEliminarHermosos versos Rafael, palabras sencillas, claras y a la vez tan profundas.
Un abrazo
Gracias Lady Blue, me alegro de que las veas así.
EliminarUn abrazo.
A veces hay que drenar el alma y hacerlo como niños, como adultos o como compañeros.
ResponderEliminarUn poema que, entre su tristeza se encuentra la belleza.
Beso
Gracias Mujer de Negro.
EliminarBesos.