Temblaba el cirio
que lleva, entre las manos,
el penitente.
Tú le mirabas,
atenta, en tu ventana,
y hasta nerviosa.
Le conocías
sabías quien se hallaba
tras ese embozo.
Pero callabas
el grito que asomaba
a tu garganta.
No puede ser,
decías, susurrando,
para ti misma.
Pero allí estaba,
su sombra, deslizándose
por la calzada.
Días de otoño,
de agrestes primaveras,
te rodearon.
Y te abrazaron
recuerdos imposibles
ya caducados.
Cierras los ojos
y el alma con candados.
¡Todo es un sueño!
Rafael Sánchez Ortega ©
01/08/22
Bonito sueño. Saludos.
ResponderEliminarGracias Frases Bonitas.
EliminarHay detalles que reviven los recuerdos tatuados en el alma, nunca se olvidan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Rafael.
EliminarUn abrazo.
Hay momentos -o sueños- que nos impactan, nos revuelcan en una ola, pero que sucede rápida, para después descansar en la playa, bajo un sol amoroso. Hay tristezas que son como nubes pequeñas, pasan leves y no alteran el azul del cielo.
ResponderEliminarUn abrazo para ti amigo. Paty
Gracias por tu comentario Paty.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Inquietantemente bello 👏🏼👏🏼❤
ResponderEliminarGracias Galilea.
EliminarQué imagen la del penitente con el cirio deslizándose por la calle.
ResponderEliminarCerrar los ojos. Y olvidar.
Abrazo, Rafael.