A media noche
escucho a las estrellas
en su monólogo.
Son incansables,
empiezan y no acaban
su parloteo.
Pero las voces
son simples parpadeos
de sus pupilas.
Ellas no hablan
así como nosotros,
pegando gritos.
Ellas se expresan
por medio de caricias
con sus destellos.
Son algo tímidas,
quizás por la distancia,
pero son tiernas.
Y junto al mar
escucho sus palabras
y sus canciones.
Cierro los ojos,
me embriago con su embrujo
y me estremezco.
A media noche
me acerco a las estrellas
y ellas a mi.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/08/22
Que romántica imaginación Rafael, un bello poema, felicitaciones. Un abrazo en la última y fría mañana de agosto.
ResponderEliminarmariarosa.
mariarosa
Gracias por tus palabras María Rosa y...
EliminarUn abrazo también para ti en este último día de agosto.
Un gran corazón tienes para poder escucharlas y sentirlas.
ResponderEliminarBeso, Rafael
Gracias Mujer de negro, pero creo que todos podemos oirlas.
EliminarUn abrazo en la tarde.
En el silencio de la noche, la de conversaciones con las estrellas que podemos tener. O imaginar.
ResponderEliminarUn abrazo
Así es Maripau.
EliminarUn abrazo.
Que dulzura de haikus, se siente como una caricia al alma cuando te leo, me gustó mucho, me alegra volver a leerte un gran abrazo
ResponderEliminarGracias por tus palabras Bea.
EliminarUn abrazo.
A mí me gusta mirar arriba y verlas y preguntarme qué habrá en cada una de ellas; qué formas de existencia pueden habitarlas... hasta dónde llega la inmensidad del universo... muchas preguntas... me atrae mucho el espacio estelar...
ResponderEliminarEn uno de mis humildes poemas me imaginé que la Osa Mayor le contaba a la Osa Menor un gran cuento y el Lucero del Alba velaba su sueño...
Muy poética esa forma de imaginar lal comunicación entre las estrellas... con ese titileo luminoso...
Abrazo
Es bonito lo que dices de ese diálogo entre las dos "Osas"...
EliminarUn abrazo y gracias Impersonem.