Se ven palomas
buscando por el parque
unas migajas
de los ancianos
que vienen por las tardes
hasta su lado.
con unos restos
de pan y de comida
para entregarles.
Se ven gaviotas
vagando por el puerto
tras la carnada.
Restos del cebo
que pone el marinero
en los anzuelos.
Así se calman
y sacian apetitos
tan delicados.
Se ven mendigos
pidiendo en las esquinas
de muchas calles.
Eso era antes,
te dicen los "finolis",
ya no se pide.
Y es que el orgullo
oculta muchas manos
que lo precisan.
Se ven las lágrimas
de un mundo que agoniza
sin darse cuenta.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/08/22
Buen poema, Rafael. Buena llamada de atención sobre la precariedad y la necesidad que nos rodea y alcanza, y cada vez más y a más gente...
ResponderEliminarLo de las gaviotas me trajo a la memoria el libro "Juan Salvador Gaviota"...
Abrazo
Sí, Impersonem, recuerdo ese libro que leí hace años.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Un poema, una realidad, en mi país se siguen viendo personas pidiendo en las calles. Bella poesia, con su carga de realidad y dolor.
ResponderEliminarmariarosa
También aquí en la entrada de los comercios, María Rosa.
EliminarUn abrazo y feliz día.
Agoniza y cuanto duele poeta.
ResponderEliminarAbrazo
Gracias María del Rosario.
EliminarUn abrazo.
Demasiados hombres pidiendo limosna, cada vez más y es una tragedia.
ResponderEliminarPor las palomas que buscan pan. Un abrazo
Cierto, Maripau, por desgracia.
EliminarUn abrazo.
Qué triste... 😓😓😓 y que bien lo has reflejado.
ResponderEliminarGracias Galilea.
EliminarUn abrazo.