En la ciudad
las calles se despiertan
para tus ojos.
Vuelve la vida,
negocios y comercios,
abren sus puertas.
Y tú amaneces,
escuchas los latidos
que afuera esperan.
Pero en el campo
el gallo es el que anuncia
la madrugada.
Luego, en las casas,
se encienden chimeneas
en las cocinas.
Y se prepara
el rico desayuno
de cada día.
La tierra, helada,
al sol, en sus arrugas,
recibe ansiosa.
Ella está presta
al hombre y al arado
para dar fruto.
El trigo amado
si el cielo lo permite
y las tormentas.
Así es la vida.
Retazos, como estos,
forman sus versos.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/08/22
La vida cada mañana amance con el sol.
ResponderEliminarLa tierra, helada,
..al sol, en sus arrugas recibe... bello verso.
mariarosa
Gracias por fijarte en él, María Rosa.
EliminarUn abrazo.
La vida en cada amanecer
ResponderEliminarBeso, Rafael
Gracias Mujer de Negro.
EliminarUn beso.