Las golondrinas
pasaban tristemente
sobre nosotros.
Ya se marchaban.
Con ellas el verano
decía adiós.
Atrás dejaban
vuelos zigzagueantes
con su ternura.
En tus pupilas
dejaron muchos versos
que bien recuerdas.
Rimas y sueños
mezcladas y confusos
en un poema.
Así es la vida
el vuelo y el recuerdo
de unos instantes.
Guarda los buenos,
aquellos que alegraron,
bien, tus pupilas.
Borra los otros
o déjalos que duerman
eternamente.
Las golondrinas
vendrán, otro verano
a por tus versos.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/08/22
Siempre regresan, lentas y en bandadas se van acomodando en lo viejos nidos, los renuevan y allí se quedadn. Una poesía que es real.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias por tu comentario María Rosa.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Todo aquello que nos entristeció y aquello que nos brindó alegría, hay que atesorarlo -y honrarlo- como parte de nuestra historia y crecimiento, pero no por ello que condicionen nuestro presente al punto de limitarlo. Somos seres en constante movimiento y transformación, físicos y emocionales... lo maravilloso es entrar en el camino de nuestra espiritualidad, en donde solo hay ascenso, luminosidad, confianza, rendición, creatividad, pureza y amor a raudales.
ResponderEliminarUn gran abrazo para ti amigo, fue un gusto leer tu inspiración que a su vez me hizo reflexionar y querer expresarte mi parecer. Paty
Gracias por tus palabras Paty.
EliminarUn abrazo en la tarde.
Y regresarán, con los versso en sus picos, y en sus alas.
ResponderEliminarUn abrazo
Seguro que sí, Maripau.
EliminarUn abrazo.
Los veranos de nuestra vida...
ResponderEliminarPrecioso ❤👏🏼
Gracias Galilea
EliminarQuedan en el poema, con sensaciones y emociones.
ResponderEliminarSus trinos y sus vuelos harán que quede lo bueno. Son alegría.
Abrazo, Rafael.
Gracias Verónica.
EliminarAbrazo.