Salgo a la calle
y un día, gris y triste,
hoy me saluda.
Es el otoño,
me digo, soñoliento,
con su bostezo.
Y así comienza
un día de noviembre
con poca luz.
Hay muchas nubes
dejando por el cielo,
largos jirones.
Su manto gris
con viento, inconfundible,
de sudoeste.
Abajo el hombre,
con alma de poeta
las mira y sueña.
Siente las hojas
que llegan de los árboles
formando alfombras.
Y sobre ellas
caminan las ardillas
a su morada.
Salgo a la calle,
un día, como tantos,
en este otoño.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/24
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