He mandado mis letras al viento
a tratar de que formen poemas
y sus versos te lleven mi sangre
y el latido que cantan mis venas.
He tratado de hablar sin palabras
y mandar con febril inocencia,
el mensaje de amor y cariño
que mi alma destila y te entrega.
He notado vibrar en mi cuerpo
los susurros de miles de estrellas,
que precisan sentir la caricia
que tus ojos ofrecen al verlas.
Y al final me he perdido en las plazas
y en las calles de largas aceras,
sin saber ni encontrar tu figura
y la mano que llegue y se ofrezca.
Porque el labio perdido y ausente
ya no busca mi labio, que tiembla,
ni tampoco me ofrecen tus ojos
la pupila que anime mis venas.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/11/24
Dios mío qué tristeza, Rafael. Un abrazo
ResponderEliminarGracias Inma.
EliminarUn abrazo.
Rafael, me veo y reflejo en tus versos, en este mes de noviembre en que mi amado esposo cumple 8 an~os de ausencia.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Hay recuerdos de personas y seres queridos, inolvidables, Natalia, como bien dices.
EliminarUn abrazo.
Un poema entrañable, creo que todo el que lo lee se siente personificado en sus versos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Hay que ver un poema y cuantas emociones despierta a las personas, en este caso un bello poema de nostalgia y amor. Un besote.
ResponderEliminarGracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Llevamos siempre a la persona ausente con nosotros.
ResponderEliminarAbrazo, Rafael.