De nuevo las nubes
abrazan el día
y siguen las sombras
durmiendo en la villa.
Así las aceras
y muchas esquinas
prosiguen los sueños
de forma tranquila.
Y pasan las horas
y el sol no se estira
sus rayos se ocultan
y el hombre tirita.
Se nota el otoño
y el frío del día,
en una mañana
silente y bonita.
Ya se abren portales
en casas y vidas
igual que en los parques
ya corren ardillas.
Se asoma el poeta
a la calle y vigila,
las notas que un arpa
da al verso y la rima.
Y nacen poemas
que el alma destila
formando ese néctar
que el mundo suplica.
Ya viene la aurora
y el sol nos avisa
con rayos fugaces
que emulan sonrisas.
Y vuelve la sangre
a correr por sus vías
y surge un poema
en nuevas cuartillas.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/11/24
Hola Rafael, bella motivación para realizar este hermoso poema, que día a día nos regalas. Buen comienzo de semana. Abrazos!!!
ResponderEliminarGracias Merce
EliminarAbrazo
El otoño renace diferente en tu poema.
ResponderEliminarBello domingo.
Gracias María Rosa
EliminarAbrazo
Otro bello poema donde el otoño es la estrella si duda de tus letras. Un beso.
ResponderEliminarGracias Campirela
EliminarAbrazo
Bellísimo... ❤
ResponderEliminarGracias por tus palabras y comentarios de hoy, Galilea.
EliminarAbrazos.
MAravilloso poema, siempre iluminas con tus lineas.
ResponderEliminarAbrazote
Gracias Natalia.
EliminarAbrazo.
El otoño nos prueba siempre, Rafael...El día dura menos, el fresquito llega antes y los cielos van cambiando...Pero la vida sigue adelante y nos vamos adaptando poco a poco a la nueva estación...Muy bello, amigo poeta.
ResponderEliminarMi abrazo entrañable y feliz diciembre.
El otoño siempre regala poemas a los poetas que observan y "ven" más allá de lo aparente.
ResponderEliminarOtoño siempre generoso.
Abrazo, Rafael.