Con cientos de retales
empiezo la mañana,
hay nieblas bajo el cielo
y nubes en el alma.
Recuerdos que se agrupan
por sitios y montañas,
también en las ciudades
y aldeas alejadas.
Fue un tiempo de la vida,
quizás unas etapas,
vividas y sentidas
de forma extraordinaria.
Vivimos ese tiempo
buscando en la distancia,
la mano del amigo
con toda confianza.
El rato y la aventura
con paz en la mirada,
viviendo intensamente
los días y mañanas.
¡Qué tiempos del pasado
que viven y que aguardan
la voz, desde el recuerdo,
diciéndoles que salgan!
Que broten nuevamente,
que sacien nuestras almas
de entregas generosas
sin pedir nunca nada.
Hoy somos ya mayores,
se nota en nuestras canas,
vivimos de recuerdos
y, a veces, de palabras.
Palabras que nos unen,
acercan y separan,
mezclando en nuestras venas
la sangre deseada.
La sangre y el destino
con llantos derramada,
igual que las sonrisas
que el cielo regalara.
Rafael Sánchez Ortega ©
16/12/24
Sí, hay veces que amanecemos con retales del día anterior, y es que confeccionar un nuevo día a veces cuesta.
ResponderEliminarQue no nos falten esas sonrisas que bajan del cielo en forma de lluvia.
Felices fiestas y feliz 2025.
Un fuerte abrazo con mis mejores deseos para ti y los tuyos.
Gracias por tus palabras y deseos, Carmen.
EliminarUn abrazo y Felices Fiestas.
De todos esos retales, se compone la vida del día a día.
ResponderEliminarBellas palabras. Un besote.
Gracias Campirela.
EliminarUn abrazo.
Un poema que recuerda el devenir de la vida, pues ciertamente, cuando ha se han andado años en el camino, los retales del recuerdo florecen por doquier, pues en la mochila generalmente se lleva mucho bagage, mucho recuerdo, mucha experiencia. A muchas personas les pesa esa mochila, en cambio otros la encuentran liviana. Sea como fuere, todos deben parar a descansar.
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