Extraño tu figura
en la silla vacía
del recuerdo.
Hay una niebla
con restos y retales
de telarañas.
Cuando esto pasa,
el mundo se detiene
y siento frío.
Suda mi cuerpo
y se hiela el alma,
que sufre y se congela,
ante tu ausencia.
Te fuiste amiga,
preciosa compañera
y quedé solo.
Más no te culpo,
ni nada te reprocho,
es ley de vida.
Reí contigo,
soñando con un mundo
muy diferente.
Volé en tus alas,
subido en un pegaso
que ambos creamos.
Y aquellos días,
de luz y fantasía,
que ambos vivimos,
no los olvido.
Y por supuesto,
tú estás en el recuerdo
que hoy vuelve a mí.
Veo esa silla
y veo la aureola
con tu figura.
Te sigo viendo,
ausente y ya lejana
en otros mundos.
Y hablo contigo,
te cuento las mil cosas
que me suceden.
Y me respondes,
también, con tu silencio,
y "sin palabras".
Por eso añoro
y quiero a las jornadas
del año que termina.
Porque fue tuyo
y mío, no lo dudes,
y en él soñamos.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/12/24
Un hermoso y radiante poema de amor, honesto y latente, que despierta con su luz viva desde el tiempo y del recuerdo. ¡¡Ánimo Rafael!! Es mi deseo que tengas una feliz nochevieja y un próspero año nuevo. Un abrazo Juan
ResponderEliminarGracias por tus palabras y deseos, Juan. También para ti mi abrazo y el deseo de una Feliz Noche y próspero año 2025. Rafael.
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