Llegará ese día
en que tú no vengas
y me quede solo
con la mesa puesta
Y veré, muy triste,
la ventana abierta,
con las nubes blancas
marchando de fiesta.
Sentiré que faltan
vacas y garcetas,
sobre el verde prado
de la vieja aldea.
Y entonces, sin duda,
una rima nueva,
vendrá hasta el cuaderno
con lágrima vieja.
Trazarán renglones,
temblorosas letras,
mis dedos nerviosos
con la tinta aquella.
Y tendré mi mano,
en silencio, quieta,
buscando el latido,
de la tuya muerta.
Y en aquellos labios
que besar quisiera,
forjaré mil sueños
con dolor y pena.
Llorarán mis ojos
y pupilas ciegas,
buscarán los tuyos
que cerrados quedan.
Y al final, susurran,
los cipreses fuera,
dejando en el aire
su leal protesta.
"...Llegará ese día
en que tú no vuelvas,
aunque yo te llame
desde algún poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/12/24
Cuanta tristeza deja tu poema Rafael. Los que hemos perdido al gran amor de nuestra vida, nos duele cada estrofa, pues refleja una verdad que se vive cada día.
ResponderEliminarAbrazo.
Gracias María Rosa.
EliminarAbrazo.
Unos versos tristes pero muy hermosos.
ResponderEliminarFeliz día Rafael.
Un abrazo
Gracias Carmen.
EliminarAbrazo.