Habla a mis ojos
y diles lo que guarda
tu corazón.
No tengas miedo,
sabré que, lo que digan,
es lo que sientes.
De esta manera,
mis ojos serán tuyos,
verás lo mismo.
Y gozaremos
de días que amanecen,
forjando sueños.
Y es que los sueños
indican el presente
en que vivimos.
Es la locura,
la magia de la infancia,
cuna de amor.
Porque querer
y amar, es algo hermoso
y está en nosotros.
Nace en el alma,
embriaga los espíritus
y las sonrisas.
Habla a mis ojos
y mira la respuesta
que dan los míos.
Rafael Sánchez Ortega ©
03/08/25
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