¿Por qué será
que vuelven los recuerdos
de aquellos días?
Y aquel verano,
igual que tantos otros,
sigue latente.
No los olvido,
tampoco tu presencia
y compañía.
Porque en aquellos,
entre charlas y sendas,
nos conocimos.
Y compartimos
vivencias y sonrisas
y hasta descansos.
Y es que recuerdo
los ratos y el descanso
en las campiñas.
Allí, tumbados,
envueltos en silencio,
mirando al cielo.
Había paz
y magia, contenida,
en nuestras almas.
Y así viví,
sintiendo tu presencia
y tu amistad.
Por eso siguen
latiendo esos veranos
dentro de mí.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/08/25
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