Desde tus manos
surgían mariposas
buscando el cielo.
Ellas nacían
del fondo de tu pecho
con mil suspiros.
Y por tus dedos
trepaban y volaban
con su candor.
¡Cuánta belleza
había en ese cuadro
que me dejabas!
Vibran mis ojos
que buscan a los tuyos
para besarlos.
Vibra mi pecho
y gritan sus latidos
con tu presencia.
Y es que te amo,
te amo y te lo dicen
hoy mis pupilas.
No tengas dudas
y deja que mis sueños
vuelen contigo.
Amarte, amor,
con estas mariposas,
es algo hermoso.
(...Y tú lo sabes).
Rafael Sánchez Ortega ©
06/08/25
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