lunes, 11 de agosto de 2025

6.291 - EL OTOÑO ESTÁ EN EL ALMA...


 

"El otoño está en el alma"

repiten las resacas, en la playa,

con voz apasionada e inconfundible.


Amanece en un verano que prosigue

y que trata de estirarse hasta septiembre, 

prolongando los calores del estío

y el galope impetuoso de los pechos

que disfrutan de la vida en vacaciones.


Se oyen voces que nos dicen que es el último regalo,

de este año y del verano, 

para dar la bienvenida a un nuevo otoño

y apartar las telarañas de las almas.


Y la luz que ahora nos llega con dulzura,

y que besa y nos abraza con la brisa,

marchará para otras tierras y otros mares

a buscar las siluetas de personas, 

que nerviosas e impacientes, se preguntan

"dónde están esos reflejos y caricias

del verano".


Volverán golondrinas, de regreso,

a las tierras y parajes tan lejanos,

que el poeta señalara con sus rimas,

y en sus alas marcharán muchos recuerdos,

con los miles de latidos arrancados

a los ojos y pupilas de los niños

que cambiaron las tristezas por abrazos,

y los miedos y temores de sus padres,

por las risas infantiles que crecían a su lado.


Yo te busco, dulce otoño, cada día,

y lo hago en la almohada, en la mañana,

y te veo entre los pliegues del recuerdo,

y te hablo y te susurro del verano,

y te cuento y te comparto todo aquello

que me viene a la cabeza, pero...


Me despierto en el vacío de mi cuarto 

y hasta veo que no estás en la almohada,

y es que puede que el otoño sea un deseo,

en que solo llegue al bosque y se despida del verano...


Quizás está en el alma.

En esa parte donde ya no se espera tanto,

pero se ama más profundamente,

y donde cada hoja que cae empieza a forjar

la alfombra del recuerdo, en una historia,

y cada silencio da paso a una oración 

con un nombre y una cara que he amado.


Se camina entre los días dorados y lentos,

con el corazón envuelto en suspiros de ausencia.

Pero no me conformo, sé que estoy en el otoño,

y que va a llegar el invierno, y debo de estar preparado

para soportar el frío, la nieve y la tristeza..


Tiemblan las almas, y también la mía,

cambian de estación y hasta suspiran

recordando lo que fue y lo que pasó,

en otro tiempo, y ahora, ya sin ti, infancia y juventud, 

se nota el frío que hace dentro, 


Y sí, ya sé que el frío enseña a protegerse, del invierno,

y por eso te busco, fiel otoño,

aunque sea en el recuerdo

porque "el otoño está en el alma"

allí, donde cada hoja que cae y nos deja,

es como un latido perdido en la distancia.


Rafael Sánchez Ortega ©

(Inspirado en CGPT)

08/08/25.

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