A tus recuerdos
rescato del silencio
para adorarlos.
Fueron hermosos
momentos, con arpegios,
indescriptibles.
Hoy, en su música,
renuevo tu presencia
y aquellos bailes.
En las corales
traíamos resacas,
salitre y algas.
Y nuestros besos
con ellas se enredaban
y compartían.
Vivimos ratos
sintiendo que el presente
nunca acababa.
Pero los sueños
terminan con la noche
y sale el sol.
Nos despertamos
un día en nuestro lecho
y estamos solos.
Y entonces vamos
en busca del recuerdo
y el ser amado.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/08/25
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