De tus silencios
evoco los recuerdos
día tras día.
Fueron instantes
tan bellos, que vivimos
y compartimos.
Y nuestros ojos
suplían a los labios
y así se hablaban.
Porque los labios
ansiosos se buscaban
con gran pasión.
Y nos amamos,
sin prisas, sin palabras,
bajo los tilos.
Hoy, los silencios,
son ecos de un pasado
que yo recuerdo.
No sé, si tú,
los guardas todavía
dentro del alma.
Y es que los versos,
que juntos comenzamos
fueron al cielo.
A ese lugar
precioso, de la infancia,
y de los sueños.
Y nos regalan
suspiros del otoño
con sus colores.
Por tus silencios,
tus besos y caricias
sigo cautivo.
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/25
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