Fueron rescoldos
de llamas y pasiones
los que quedaron.
¡Grandes incendios,
terrenos calcinados,
tierras sin nombre.
Y en contrapunto
dos cuerpos enzarzados
en su pasión.
La vida sigue,
el fuego se desborda
y arden los bosques.
Y mientras tanto
los cuerpos en los lechos
sacian su amor.
Quedan rescoldos
de fuegos y veranos
otra vez más.
En la humareda
de llamas y suspiros
se busca al sol.
Ese "rescoldo"
de luz y de esperanza
con su candor.
De aquel verano
conservo su agridulce
"fuego y amor"
No sé si puede
caber en unos versos
tanto rescoldo.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/08/25
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