Quizás donde las guitarras
van desgranando canciones,
dejan el canto divino
que entre sus cuerdas esconden.
Puede que canten al cielo
ó que le hablen al hombre,
puede que narren los llantos
o las sonrisas precoces.
Pero las tiernas guitarras
van generando pasiones,
con el flamenco en el baile
y la leyenda que cosen.
Hay unos dedos que vibran
entre la cuerda y los sones,
hay floritura en el alma
con los jardines y flores.
Por eso escucho en silencio
ese rasgar monocorde,
ese sonido sublime
que hacen soñar a los dioses.
Quizás donde las guitarras
sacan al hombre sus voces,
dejan también las palabras
esas que el eco responde.
Dejan también garabatos
con sus extraños palotes,
dejan lectura invisible
con tantos versos precoces.
Pero también las guitarras
tienen luceros y soles,
llevan estrellas prendidas
con cantos de ruiseñores.
Hoy las guitarras lloraban
en la fontana que corre,
era una música suave
para besar corazones.
Por eso escucho en silencio,
mientras espero tu nombre
entre suspiroy rasgueo
que la guitarra responde.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/10
van desgranando canciones,
dejan el canto divino
que entre sus cuerdas esconden.
Puede que canten al cielo
ó que le hablen al hombre,
puede que narren los llantos
o las sonrisas precoces.
Pero las tiernas guitarras
van generando pasiones,
con el flamenco en el baile
y la leyenda que cosen.
Hay unos dedos que vibran
entre la cuerda y los sones,
hay floritura en el alma
con los jardines y flores.
Por eso escucho en silencio
ese rasgar monocorde,
ese sonido sublime
que hacen soñar a los dioses.
Quizás donde las guitarras
sacan al hombre sus voces,
dejan también las palabras
esas que el eco responde.
Dejan también garabatos
con sus extraños palotes,
dejan lectura invisible
con tantos versos precoces.
Pero también las guitarras
tienen luceros y soles,
llevan estrellas prendidas
con cantos de ruiseñores.
Hoy las guitarras lloraban
en la fontana que corre,
era una música suave
para besar corazones.
Por eso escucho en silencio,
mientras espero tu nombre
entre suspiroy rasgueo
que la guitarra responde.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/04/10
Siempre quise aprender a tocar la guitarra, pensaba que solo acariciando las cuerdas es como te ofrecía los sonidos que se convertían en música capaz de arrullar almas, pero nací niña.
ResponderEliminarUna fogata, la luna, playa y la compañía indicada con una guitarra ¿qué más se puede desear?
Poco más se puede desear Amy y entonces, ¿por qué no haces realidad ese sueño/deseo...?
EliminarUn abrazo querida amiga.
Porque nací niña y no podía hacer cosas de hombres, como andar en bicicleta, tocar guitarra, escribir poesía o sentarte cerca de una fogata, son algunas de las desventajas de ser mujer.
EliminarNo te diré que todo lo que dices pudo condicionar ese sueño entonces, pero ¿y ahora?, ¿acaso es tarde?, ¿alguien te lo impide...?
EliminarNo me hagas caso Amy. Son preguntas que me hago a mí mismo. Sonríe, que eso nadie te lo puede impedir.
Un abrazo en la noche.
Las personas gustan de escuchar lo bonito de la vida y aprendemos a contar sueños, les gusta ver lo agradable en los rostros y aprendemos a sonreír aunque dentro se lleve un tormento, si en el cielo hay tempestad, mostrarás la calma y la gente sonreirá y todos seremos felices, ese es el juego de la vida, ¿no te parece?
EliminarAbrazo en la noche.
"Sin palabras Amy, sin palabras..."
EliminarUn abrazo y lindos sueños.