Caminé por regiones infinitas,
a través de desiertos y caminos,
y recé, tras la verja, en las ermitas,
con cansados, viajeros, peregrinos.
Una tarde vi letras bien escritas;
eran versos trazados y muy finos,
describían alegres margaritas,
y también los ocasos tan divinos.
Y me hablaban de amores no logrados,
de batallas y guerrras ya perdidas,
entre el hombre, y poeta, en su añoranza.
¡Es difícil amar y ser amados!,
me decían sus letras como heridas-,
aunque el sueño conserve la esperanza.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/10
a través de desiertos y caminos,
y recé, tras la verja, en las ermitas,
con cansados, viajeros, peregrinos.
Una tarde vi letras bien escritas;
eran versos trazados y muy finos,
describían alegres margaritas,
y también los ocasos tan divinos.
Y me hablaban de amores no logrados,
de batallas y guerrras ya perdidas,
entre el hombre, y poeta, en su añoranza.
¡Es difícil amar y ser amados!,
me decían sus letras como heridas-,
aunque el sueño conserve la esperanza.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/10
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