Ya no tiene importancia la palabra,
la mentira se escapa por las calles,
unos ojos sonríen sin sonrisa
y el vacío planea por el aire.
Porque es cierto que abunda la mentira,
y es la nota que suena concordante,
son las frases que dicen y pregonan,
esas almas tan frías y cobardes.
Atrás quedan los tiempos no lejanos,
y tamblaban los pechos en la tarde,
se quería creer en lo imposible
navegando por sueños y por mares.
Es difícil amar sin ser amado
y también soportando vaguedades,
esperando la mano que no llega,
la palabra que quieres que no falte.
Muchas veces contemplas la distancia,
el lejano horizonte con sus naves,
y te ves caminando hacia un destino
sin maleta, ni ropa ni equipaje.
Peleabas con fuerza con tus dudas,
con tormentas y duras tempestades,
y eran fruto, sin duda, simplemente,
del amor que querías en tu sangre.
Pero ahora no olvides el presente
ni tampoco las duras realidades,
a tu vida rodea la mentira,
las palabras bonitas y tan fáciles.
No te mientan los globos de colores,
ni los besos robados en el parque,
ni te dejes mentir por la mirada
que te llega tal vez, a emborracharte.
Ten presente que existe la mentira,
que te mienten los ojos adorables,
y te miente el latido que te manda,
como fueron mentira sus mensajes.
Las palabras son eso, solamente,
un conjunto de letras y de frases,
que se unen, se dicen y susurran,
mientras clavan tu pecho con puñales.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/10/10
la mentira se escapa por las calles,
unos ojos sonríen sin sonrisa
y el vacío planea por el aire.
Porque es cierto que abunda la mentira,
y es la nota que suena concordante,
son las frases que dicen y pregonan,
esas almas tan frías y cobardes.
Atrás quedan los tiempos no lejanos,
y tamblaban los pechos en la tarde,
se quería creer en lo imposible
navegando por sueños y por mares.
Es difícil amar sin ser amado
y también soportando vaguedades,
esperando la mano que no llega,
la palabra que quieres que no falte.
Muchas veces contemplas la distancia,
el lejano horizonte con sus naves,
y te ves caminando hacia un destino
sin maleta, ni ropa ni equipaje.
Peleabas con fuerza con tus dudas,
con tormentas y duras tempestades,
y eran fruto, sin duda, simplemente,
del amor que querías en tu sangre.
Pero ahora no olvides el presente
ni tampoco las duras realidades,
a tu vida rodea la mentira,
las palabras bonitas y tan fáciles.
No te mientan los globos de colores,
ni los besos robados en el parque,
ni te dejes mentir por la mirada
que te llega tal vez, a emborracharte.
Ten presente que existe la mentira,
que te mienten los ojos adorables,
y te miente el latido que te manda,
como fueron mentira sus mensajes.
Las palabras son eso, solamente,
un conjunto de letras y de frases,
que se unen, se dicen y susurran,
mientras clavan tu pecho con puñales.
Rafael Sánchez Ortega ©
14/10/10
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