Dicen que llegan las nieblas,
pero no importa, soy ciego,
no tengo miedo a las sombras
porque sin verlas me muevo.
Ando pasito a pasito,
por la ribera y el puerto,
llevo el bastón en la mano
para evitar el tropiezo.
Sopla la brisa en el puente,
dicen que llega el invierno,
es como un beso robado,
un palpitar en el lecho.
Suenan las cinco en la torre,
el sol se pierde a lo lejos,
siento que llega la noche
con su rubor y misterio.
Yo, que no veo la luna,
noto en el mar su reflejo,
es como un cáliz sagrado,
un manantial de deseos.
Pero la noche se pasa,
sólo quedamos los ciegos,
con nuestra lágrima sorda
y el palpitar en el pecho.
Quizás estemos dormidos,
quizás temblando en silencio,
puede que andemos soñando,
puede que nada sea cierto.
"...Dicen que llegan las nieblas,
pero no importa, estoy ciego,
ya no me importa la vida,
sólo partir, eso quiero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/12/10
pero no importa, soy ciego,
no tengo miedo a las sombras
porque sin verlas me muevo.
Ando pasito a pasito,
por la ribera y el puerto,
llevo el bastón en la mano
para evitar el tropiezo.
Sopla la brisa en el puente,
dicen que llega el invierno,
es como un beso robado,
un palpitar en el lecho.
Suenan las cinco en la torre,
el sol se pierde a lo lejos,
siento que llega la noche
con su rubor y misterio.
Yo, que no veo la luna,
noto en el mar su reflejo,
es como un cáliz sagrado,
un manantial de deseos.
Pero la noche se pasa,
sólo quedamos los ciegos,
con nuestra lágrima sorda
y el palpitar en el pecho.
Quizás estemos dormidos,
quizás temblando en silencio,
puede que andemos soñando,
puede que nada sea cierto.
"...Dicen que llegan las nieblas,
pero no importa, estoy ciego,
ya no me importa la vida,
sólo partir, eso quiero..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/12/10
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