Tus palabras llegaron con el viento
y vinieron pacientes a mi lado,
contenían los lirios y amapolas
con los besos salidos sin descanso.
Tus palabras tenían los suspiros,
las nostalgias de risas y de llantos,
y traían también esa dulzura,
ese embrujo salido de tus manos.
Porque el viento traía, entre sus voces,
los recuerdos alegres del pasado,
los paseos de noche por la playa
y el temblor tan profundo del abrazo.
Es posible que todo sean sueños,
y tus voces recuerdos de un verano,
es posible que aumente tu figura
y que mire a la misma ensimismado.
Pero no, me repito, no es posible,
tus palabras son ecos de unos pasos,
son las letras formadas en el pecho,
y los versos que mandas de regalo.
Se apresuran las olas en su marcha
para ir a la playa a su descanso,
a lo lejos, el sol busca su lecho,
en la tarde que acaba en el ocaso.
Poesía trae el viento y yo la tomo,
bebo el cáliz ardiente y tan sagrado,
ese néctar que llega en tus palabras,
esa brisa que abraza sin descanso.
Porque al fin tus palabras dejan vida
y una bella esperanza, sin dudarlo,
es el viento con todas sus esencias,
y el amor que se escapa de tus labios.
No me niegues amor, esas palabras,
deja al viento que llegue a mi costado,
y que sienta el abrazo de la brisa
aunque el sueño se rompa en mil pedazos.
"...Tus palabras llegaron con el viento,
y trajeron recuerdos ya lejanos,
las estrellas del cielo sorprendidas
con tu voz se durmieron, mientras tanto..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/12/10
y vinieron pacientes a mi lado,
contenían los lirios y amapolas
con los besos salidos sin descanso.
Tus palabras tenían los suspiros,
las nostalgias de risas y de llantos,
y traían también esa dulzura,
ese embrujo salido de tus manos.
Porque el viento traía, entre sus voces,
los recuerdos alegres del pasado,
los paseos de noche por la playa
y el temblor tan profundo del abrazo.
Es posible que todo sean sueños,
y tus voces recuerdos de un verano,
es posible que aumente tu figura
y que mire a la misma ensimismado.
Pero no, me repito, no es posible,
tus palabras son ecos de unos pasos,
son las letras formadas en el pecho,
y los versos que mandas de regalo.
Se apresuran las olas en su marcha
para ir a la playa a su descanso,
a lo lejos, el sol busca su lecho,
en la tarde que acaba en el ocaso.
Poesía trae el viento y yo la tomo,
bebo el cáliz ardiente y tan sagrado,
ese néctar que llega en tus palabras,
esa brisa que abraza sin descanso.
Porque al fin tus palabras dejan vida
y una bella esperanza, sin dudarlo,
es el viento con todas sus esencias,
y el amor que se escapa de tus labios.
No me niegues amor, esas palabras,
deja al viento que llegue a mi costado,
y que sienta el abrazo de la brisa
aunque el sueño se rompa en mil pedazos.
"...Tus palabras llegaron con el viento,
y trajeron recuerdos ya lejanos,
las estrellas del cielo sorprendidas
con tu voz se durmieron, mientras tanto..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/12/10
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