Calles largas y profundas
con oscuros soportales,
en Cervera de Pisuerga
languidecen en la tarde.
Un ambiente castellano
deja notas en la calle,
mientras suenan las camapanas
entre sombras y saudades.
Las alondras juguetonas
dan sus giros otoñales
y también las golondrinas
dan puntadas en el aire.
Una luna perezosa
por el cielo brilla y sale
y se muestra muy coqueta
en el lago reflejçandose.
Atrás quedan las campiñans,
solitarias, sin trigales,
con pantanos muy vacíos
donde pastan los rumiantes.
Por encima, en lo más alto,
unas nubes van de viaje
y debajo, las montañas,
con sus cimas vigilantes.
Este encanto está en Cervera
y el Pisuerga bien lo sabe,
y por eso van unidos
estos nombres singulares.
"...Calles largas y profundas
aliviad al caminante,
como hicieron los mayores
de Cervera, con su sangre..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Cervera de Pisuerga, 12/09/11
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