miércoles, 21 de septiembre de 2011

EN MEDIO DEL SILENCIO Y LA DISTANCIA...


En medio del silencio y la distancia
recuerdo tus pupilas vacilantes,
el roce de tus manos con mis manos
y el soplo de la brisa en una tarde.

Tenía menos años, niña mía,
buscaba tus ojitos chispeantes;
querían la caricia de tus labios
los míos esa tarde, allí, en el parque.

Las sombras de los chopos acogían
los cuerpos que querían abrazarse,
y entonces se fundían en un sueño
mirando las cigüeñas los amantes.

La eterna fantasía de los niños
llegaba cual palabra por el aire,
venía con sus globos de colores
cosidos a una estrella de bramante.

Recuerdo aquella tarde y no la olvido,
recuerdo tus suspiros y los ayes,
y puedo recordar letra tras letra,
tus ojos, tus pupilas y el mensaje.

En él tu me decías simplemente
que entonces deseabas entregarte,
haciendo con tu sueño y con mi sueño
el sueño más hermoso y realizable.

Aquel que nos llevara hasta la meta
unidos de la mano inseparables,
haciendo que vibraran nuestras almas
al son de viejos sueños y romances.

Recuerdo tu mirada prolongada
y el brillo de tus ojos de diamante,
por eso no me olvido de aquel día
y el beso con tu amor de aquella tarde.

Rafael Sánchez Ortega ©
Cervera de Pisuerga, 14/09/11

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