He mirado a las nubes del pasado
y una bruma muy densa las tapaba,
no podía volver a los recuerdos
pues estaban cubiertos de nostalgia.
Hoy el sol ha salido nuevamente
en un día con fecha señalada,
es el día de abrazos y de besos
que recuerda otra fecha más lejana.
Un repaso me viene a la cabeza
de esas nubes quizás desordenadas,
hoy las veo de forma diferente
a los días felices en que amaba.
Eran sueños y lindas fantasías,
mariposa con alas agraciadas,
escoltando a doncellas y princesas
hasta el niño que ansioso las buscaba.
Era el alma angustiada del poeta,
con su pluma inocente y plateada,
quien pedía ese amor a toda consta
y a la vez, por el mismo suplicaba.
Y cual ola que lleva la marea,
la que acerca y aleja la resaca,
se quedaba en el mundo de los sueños
a merced de galernas y bonanzas.
Fue muy duro soñar de esa manera
y al final el amor no se encontraba,
cada rostro era un rostro diferente,
con un halo de luz en cada cara.
Hoy por eso sonrío al recordarlo,
al pensar en el niño y sus batallas,
aquel hombre con alma de poeta
despertó para siempre una mañana.
Comprendió que el pasado está pasado
y se vive el presente en la jornada,
aunque sienta nostalgia de otros tiemposw
y en las nubes se oculte la esperanza.
Rafael Sánchez Ortega ©
Cervera de Pisuerga, 16/09/11
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