Me enamoré de tu voz
y tu risa cristalina,
me enamoré de tus ojos
que me dieron la alegría.
Pero aquel tiempo pasó
y agradezco tanta dicha,
tantos minutos robados
en que sentí más la vida.
Reconozco que yo estuve
persiguiendo una utopía,
una alondra por los cielos
y una linda campanilla.
Pero también perseguí
a la luna en la bahía,
a la aurora en la mañana
y al nordeste con su brisa.
Era la vida un tesoro
con muchas gemas que brillan
un palpitar de la tierra
llegando a mi, día a día.
Me enamoré de tu cuerpo
y tu figura tan linda,
me enamoré de tus piernas
con esas curvas tan finas.
Pero aquel tiempo que evoco,
ese esa voz que suspira,
es el pasado que vuelve
con su resaca maldita.
Porque aquel tiempo es recuerdo,
tiempo de llanto y de dicha,
tiempo de amor y de lágrimas
para arañár mis mejillas.
Por eso yo lo rechazo,
no quiero ya mas mentiras,
no quiero ya sus palabras
con esa voz que me hechiza.
Quiero vivir el presente
de una manera tranquila,
quiero guardar del pasado
tantas escenas bonitas.
"...Me enamoré de tu alma
y me robaste la mía,
luego murieron mis sueños
y te alejaste deprisa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/09/11
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