Era una casa de invierno
con ventanas azuladas,
un tejado estropeado
y goteras a mansalva.
Era una casa muy vieja
con hollín y telarañas,
una puerta daba al sur
justo al lado de la cuadra.
Y la casa aquí descrita
está ahora abandonada,
hace años que han partido
moradores de esta casa.
Yo recuerdo su jardín
y la fuente en que jugaba,
a la higuera con sus chumbos
de las tardes soleadas.
Y recuerdo la palmera
y los dátiles que daba,
y sus ramas siempre verdes,
retorcidas e inclinadas.
Yo pasé muchos momentos
contemplando esta bonanza,
un preludio de los dioses
a tormentas y resacas.
Porque el tiempo no perdona
y el verano llega y pasa,
y nos lleva hasta el otoño
donde el alma siempre calla.
Hay silencio en las pupilas
y también en las miradas,
ya no hay letras ni mensajes
ni resuenan las campanas.
Una casa me contempla
silenciosa y en su calma,
tiene rotos los cristales
y la hiedra en su fachada.
Yo la miro y la remiro,
busco el trébol que me falta,
la alegría de otra vida
que se encuentra muy lejana.
Busco el seno y el latido,
quiero el fuego que se apaga,
de ese tiempo que transcurre,
que se evade y que se marcha.
Pero el tiempo transcurrido
se ha perdido en la distancia,
y en la casa me hago un hueco
y al final no pienso nada.
Yo me quedo con mis sueños,
los retales de mi alma,
querubines de ilusiones
que brotaron con el alba.
"...Era una casa de invierno
con paredes agrietadas,
y a su lado yo llegué
una noche, como tantas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/07/12
Precioso, Rafael. ¡Tantas casas que estuvieron llenas de vidas están hoy abandonadas! Al menos guarda tus recuerdos entre hiedras y puertas desvencijadas, por eso te deja que la mires con calma; seguro recuerda tus pasos y risas correteando a su alrededor.
ResponderEliminar, Es muy tarde y mañana viajo. Por unos días estaré ausente, a la vuelta leeré todo lo vayas escribiendo. Me voy al Sur... ¡a descansar! Un abrazo en la noche y hasta la vuelta.
Gracias Mafalda, seguiré escribiendo, no lo dudes y recopilando recuerdos y sueños.
ResponderEliminarQue pases unos días lindos y regreses descansada.
Un abrazo en la noche.
Rafael, hay cosas sin lugar a dudas que nos traen recuerdos, hay momentos que nos transportan a otros momentos y situaciones que parecen hacernos viajar en el tiempo.
ResponderEliminarPararse en los zapatos de la memoria tiene esa virtud, esa condición...
Muy bueno... lleno de nostalgia.
Besos grandes.
Sí, Paula, es como dices y estoy de acuerdo.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario, que tengas un lindo fin de semana.
Abrazos.
Casas con historias,con recuerdos ya pasados nos traen momentos ya vividos y ahora estan solas abandonadas en muchos pueblos, sus gentes se han marchado o han dejado de existir y su final es caerse poco poco hasta que solo los muros nos recuerden que existieron.Bello y nostalgico amigo,besines
ResponderEliminarDichosa casa,que aún vive en tu recuerdo y late en tu alma,Rafael...
ResponderEliminarMi gratitud por compartir esta belleza de poemas.
Os dejo por un tiempo,pero volveré pronto para seguir compartiendo letras y amistad.
FELIZ VERANO Y SÉ FELIZ,AMIGO.
Mi abrazo siempre y hasta pronto.
M.Jesús
Ese silencio de algunas casas, esas esquinas que piden a gritos que regesen las risas...
ResponderEliminarEn fin, me has motivado la nostalgia, Rafael.
Sí, Shantal, así es, en efecto y cada vez se ven más en esta tierra donde vivo. A veces, y hasta hace poco, se restauraban algunas, pero otras y debido a su complejidad, envejecen y mueren con tantos secretos entre sus paredes...
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Seguro que todos tenemos alguna casita de estas en nuestro corazón, M. Jesús.
ResponderEliminarUn abrazo y que todo vaya bien en este tiempo, ya sabes que siempre estaremos esperándote. Sé feliz.
Cierto Alicia, si pudiéramos dar vida de nuevo a esas casitas, a todo lo que ellas representaron en nuestras vidas y sueños...
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Pocas cosas hay con más poesía que una casa abandonada donde sabemos que hubo vida,ilusiones y risas de niños.Tú has sabido transcribir todas esas sensaciones con tus versos,
ResponderEliminarEnhorabuena Rafael.
una casa es una casa, un hogar sigue vivo en donde estemos
ResponderEliminarprecioso versos descriptivos
el cobijo que da un techo desde nuestros primeros años se hace parte del adn emocional
un abrazo Rafael
muchas gracias por todas tus huellas
feliz feliz semana
Gracias Jerónimo por tu comentario. Todas las casas abandonadas tienen un algo de nostalgia y se ofrecen a los escritores y poetas como para ser mostradas a través de sus letras, ¿no crees?
ResponderEliminarUn saludo en la noche.
Sí, Elisa, a pesar de que nos alejemos mucho siempre estará allí la vida latente, la nostalgia y los recuerdos.
ResponderEliminarEs un placer leer, compartir y aprender un poco de los demás.
Un abrazo en la noche y feliz semana.