Qué triste es sonreír sin muchas ganas
cuando te duele el pecho malherido,
y baja por la cara y por tus labios
las lágrimas y el llanto sin pedirlo.
Tú sabes que el dolor es como el agua
que corre impetuosa con el río,
y marcha desbocada hacia los mares
en busca del descanso merecido.
Así tu corazón que apenas late,
sonríe entre la niebla y entre el frío,
y lleva hasta tus labios la cortina
que oculta las verdades de ti mismo.
Y sigues caminando con tu carga,
sufriendo los rigores del vacío,
la marca que conduce hasta la nada
con huellas vacilantes en el limo.
Y sigues rebuscando en tu ventana
la luz casi olvidada de los libros,
la luna del espejo que has abierto
y el verso inacabado con tu estilo.
¡Qué triste es sonreír sin una causa
que obedezca a la voz de tus sentidos!,
y sean solamente telarañas
los gestos que se dejan tan vacíos.
Porque tú sabes bien de tus dolores
y sabes de su origen y motivos,
no tienes que decir lo que no quieras
tan sólo descansar de tu castigo.
Procura que se alivien las heridas
y siga el corazón con su latido,
la sangre que circule nuevamente
y lleve por las venas su gemido.
El grito inacabado del que sueña,
que trata de luchar y seguir vivo,
en medio de pantanos y marismas
tratando de escapar de tanto abismo.
Quizás nada consigas en la lucha
y sufras el lamento del vencido,
más siempre quedarás ante tus ojos
como alguien que luchó sin ser sumiso.
"...¡Qué triste es sonreír cuando se llora!,
se dice por los seres más queridos,
más triste es sonreír cuando se ama
sabiendo que el amor es un suspiro..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/07/12
Pero las lágrimas en la sonrisa, Rafael, tambien se secan y aparece la luz que nos hace ver de otra forma y sonreír sin llanto.
ResponderEliminarUn abrazo de buenos días
FINA
Es triste, pero la vida continua y hay que seguir sonriendo. Abrazos...
ResponderEliminarSí, Fina, las lágrimas en la sonrisa, aunque forzada, también se secan y volveremos a ver la luz de nuevo algún día.
ResponderEliminarUn abrazo en la tarde.
Cuánta razón tienes Pepa!, yo también pienso como tú.
ResponderEliminarUn abrazo.
Que triste sonreir sin causa...creo que avces aprenrramos una feli8cidad que se revierte en las limitaciones de un alma frustada...a veces ariesgarse por la verdadera felicidad vale la pena
ResponderEliminarsaludos
Sí, creo que vale la pena arriesgarse por la felicidad, "algunas veces".
ResponderEliminarUn saludo Mario.
la sonrisa son las benditas parches para curar los rasguños que la realidad nos impone
ResponderEliminarun abrazo y feliz fin de semana
Sí, Elisa, la sonrisa es como ese parche que ponemos en los labios para curar ú ocultar la herida.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana también para ti.
¡Que tristes rezuman tus versos nublados de sonrisas! ¡Qué triste luchar contra corriente, con ganas y empeño sin conseguirlo!¡Y qué penoso y duro se hace el camino cuando el borde del abismo desvela que el amor, razón de la existencia, tiene la duración de un suspiro!
ResponderEliminarY a pesar de su tristeza, Rafael, me parece un poema bellísimo...
Repetir la sonrisa, multiplicarla, ayuda a que la tristeza no inunde.
Un abrazo. grande, en la noche.
Sí, Mafalda, quizás estos versos llevan esa niebla de sonrisas sobre la tristeza, pero salieron así, tal vez como un fragmento de la vida que nos rodea, de esas escenas que tantas veces hemos oído, escuchado a otros e incluso soportado nuestras almas, mientras edulcorábamos la sonrisa en una mueca que ni nosotros mismos la creíamos.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche también para ti.