Miro el mar y no lo veo
con mis ojos tan cansados,
porque el mar es caprichoso
y se esconde cuando paso.
Sólo deja ver las olas
este mar oscuro y bravo,
en las olas que se acercan
a la playa sin descanso.
Claras olas caprichosas,
espumosas y de blanco,
que venís hasta la orilla
a dejarnos vuestro encanto.
Yo quisiera el dulce beso
de tus aguas y tus labios,
con salitres y resacas
de otros mares más lejanos.
Yo quisiera los latidos
de marinos y de barcos,
con el rezo de la Salve
de sus almas tiritando.
...Pero sólo me conformo,
tras el paso de los años,
con volver a la ribera
para ver allí el regalo.
De la mar, aunque se esconda,
de las olas con su garbo,
del nordeste y de la brisa
repartiendo sus abrazos.
De las barcas tan coquetas
en las aguas descansando,
ese lecho en que dormitan
tantos sueños añorados.
Por el cielo las gaviotas,
con su vuelo van de paso,
en la estampa tan bonita
recogida en muchos cuadros.
¡Boga, boga, la trainera!,
porque a puerto va llegando,
y un anciano marinero
es feliz de verla a salvo.
"...Miro al mar y no lo veo
y es que el mar está cercano,
tan adentro que, sus olas,
en mi alma están rezando..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/07/12
Ay, el mar...cómo amo el mar!...
ResponderEliminarSabes que empecé a leerte y cuando dice:
"Miro al mar y no lo veo" lo primero que imaginé es ese momento cuando anhelamos sentarnos en la arena, mirar el mar y relajarnos por fin de lo que nos angustia, pero estamos TAN repletos de nuestras confusiones personales, que en realidad al mar no lo "vemos", parece que nuestra mirada se fijara en él pero no...nuestra mente sigue dándole vueltas a lo que nos llevó a ese lugar.
Quizás algo de eso puede haber entre líneas, en tus hermosos versos, Rafael.
Te felicito.
Abrazos miles en esta noche.
Sí, Maritza, es una metáfora con el mar como fondo. "...Ese mar que tengo tan cerca, que toco y acaricio, con el que puedo hablar y cerrar los ojos a un tiempo... He nacido en su orilla y aquí he crecido. Quizás formo parte de él ó él de mi, pero no importa, va en mi sangre su salitre..."
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario.
Un abrazo en la noche.
Bellas imágenes de aquel mar que tanto enamora, que aunque no se ve nos cubre con su brisa.
ResponderEliminarBesos y aleteos en la noche.
Nostálgico romance, Rafael. El ayer y el hoy alimentando el pensamiento; tal vez recordando aromas a sal de pasadas primaveras que aún perduran en tu corazón; son esos recuerdos mar adentro que todos acariciamos alguna vez.
ResponderEliminar...y dime, Rafael, ¿de dónde sacas tanta inspiración DIARIA?. ERES POESÍA IMCOMBUSTIBLE.
Un abrazo
FINA
Un poema, a la vez, un cuadro precioso. Hay que interpretar el mar...
ResponderEliminarUn abrazo.
El mar, ¿qué tendrá el mar que nos atrapa? Yo poco puedo decir, porque sólo lo he visto dos veces, pero la sensación que me deja es para volver. Abrazos.
ResponderEliminarGracias Diana por ver esas imágenes y reflejarte en ellas.
ResponderEliminarUn abrazo en la mañana.
Recuerdos y vivencias, todo junto Fina y quizás la nostalgia recogida de otras personas que vivieron y crecieron aquí, junto a este mar, del que sin querer y darme cuenta, formo parte. Ahí puede estar la clave de tanta inspiración.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, Marine, es tal y como dices y quizás tú puedes saber un poquito más de este mar tan misterioso y cercano de nuestro Cantábrico.
ResponderEliminarUn abrazo.
El mar siempre ha tenido ese embrujo para los escritores y poetas, pero además los que tenemos la oportunidad de vivir a su lado tenemos algo más que no sabríamos explicar con palabras, quizás por eso volquemos tanto sobre él al cuaderno.
ResponderEliminarUn abrazo Pepa y feliz fin de semana.
en el mar pulsamos pues es el gran útero de emociones y sensaciones que desde siempre nos ha impregnado a todos los seres vivos
ResponderEliminarYa lo decía Neruda en su Oda al Mar,
"Padre mar, ya sabemos
cómo te llamas, todas
las gaviotas reparten
tu nombre en las arenas:
ahora, pórtate bien,
no sacudas tus crines,
no amenaces a nadie,
no rompas contra el cielo
tu bella dentadura,
déjate por un rato
de gloriosas historias,
danos a cada hombre,
a cada
mujer y a cada niño,
un pez grande o pequeño
cada día."
abrazo y feliz fin de semana
muchas gracias por tu huella
¡Ay Neruda y su Oda al Mar...!, ¡cuántos recuerdos vuelven a mi alma Elisa!...
ResponderEliminarMejor leer nuevamente esa Oda e impregnarse del salitre y el mensaje subyacente que el inmortal poeta dejó entre sus versos.
Un abrazo y feliz fin de semana también para ti.
Unas imágenes muy sugestivas. Siempre el mar ofrece un poema incansable para quien quiero verlo, olerlo, sentirlo...
ResponderEliminarUn abrazo, Rafael.
El mar, María, ofrece todo eso y mucho más y sé que puedo parecer pedante con tanto alabarlo, pero... Quizás hay que tenerlo cerca, y como tú bien señalas, "verlo, olerlo, sentirlo..."
ResponderEliminarUn abrazo y feliz tarde de domingo también para ti.