Viejas cartas escondidas
de papel amarillento,
¿dónde estáis, os necesito?,
¿dónde estáis, que no os veo?
Aún recuerdo los mensajes
transmitidos con esmero,
las anécdotas y citas
que llevamos al cuaderno.
Y recuerdo aquellos sobres
que timbrábamos con sellos,
y el buzón semidormido
de la puerta de correos.
Y recuerdo tantas tardes
con mis pasos recorriendo,
el camino de la plaza
con el sobre entre los dedos.
Viejas cartas olvidadas
del baúl de los recuerdos,
¿dónde fueron las caricias
de la brisa y de los vientos?
Quizás yazcan en cunetas
fragmentadas en sus restos,
tantas letras con la tinta
de promesas y de besos.
Quizás vaguen sin destino,
y también por los desiertos,
esos signos reciclados
de palabras con acentos.
¡Tantas frases repetidas
conteniendo nuestros sueños!,
y mensajes sin palabras
entre comas y deseos.
Viejas cartas olvidadas
y perdidas con el tiempo,
yo quisiera rescataros
y traeros de tan lejos.
De ese tiempo de nostalgias,
de sonrisas y de miedos,
con suspiros y esperanzas
que surgían de los pechos.
Yo quisiera, con paciencia,
esos signos reeleerlos
y sentir las sensaciones
que dejamos al respecto.
Yo quisiera, simplemente,
la llegada del cartero,
con un sobre y con mi nombre
y unas letras con afecto.
"...Viejas cartas amarillas
¿dónde está el amor intenso,
la palabra y el latido
de ese pecho que yo quiero?..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/07/12
Esas cartas en cuartillas de papel amarillento... Yo aún conservo algunas, pero no las de amor intenso; esas se rompieron por despecho, tras un tiempo, releerlas suponían dolor en el pecho y cascadas que caían de las ventanas de la cara.
ResponderEliminarTambién quiero que llegue el cartero con un sobre hasta mi casa, y ver mi nombre escrito, con letra de puño y tinta de pluma azulada.
¡Cuánta nostalgia, Rafael!
Un abrazo de amarillos y violáceos.
A veces se añoran esos detalles del pasado, esos recuerdos, pero no por lo que significaron entonces, sino por la carga emocional que dejaban en nosotros. Hay nostalgia de esos detalles y recuerdos que hoy no existen, pero no de aquellos que pudieron quedar superados por la vida. ¿Quién no añoraría la llegada del cartero con un sobre y esa tinta azul con tu nombre impreso?
ResponderEliminarUn abrazo azul con amarillos Mafalda.
quizá las cartas revivan o bien se evaporen sus palabras que al pronunciarlas ya nos resulten ajenas
ResponderEliminarbuen domingo
Rafael, buenas noches, una añora el pasado porque fueron días hermosos que ya pasaron y no volveran....Tal vez lleguen otros pero esos que ya se vivieron jamas , así que solo nos quedan los recuerdos cargados de nostalgua
ResponderEliminarUn abrazo y muchas gracias por pasar :)
Las cartas viejas, esas amarillas que un día encontramos, quizás ya están caducas Elisa, y es posible que sus palabras se avaporen y hasta nos resulten ajenas. Quizás lo que añoramos sean otras "cartas nuevas", con sabor añejo, con la sensibilidad de aquellas ya amarillas, ¿no crees?
ResponderEliminarUn abrazo y feliz domingo.
Como todo en el pasado siempre queda el recuerdo de lo bello y ese recuerdo de las viejas cartas, (si es que existieron), en su belleza y sensibilidad siempre quedará en nosotros, aunque aquellos días hermosos no vuelvan y sean otros los que los reemplacen, como es lógico y casi seguro Patricia.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz domingo.
Ahhhhhhhh... me recuerda mi romance, aún no siendo iguales, Rafael.
ResponderEliminarMe apetece regalarte la segunda y la tercera estrofa de mi romance
Continuaba así:
Posees el privilegio
de haber implantado escuela,
no te sustituirá un móvil
ni miles de emails que hubiera
Deberías de regresar
ya se que nadie te deja
algún plan habrá que urdir,
pensemos con la cabeza
...
Bonitos versos Fina, los de tu romance que en el fondo, van en la misma línea que los mío.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.