Te vi y me estremecí, en aquella tarde,
llevabas un vestido muy plisado,
mirabas inclinada entre las sombras
buscando así, las teclas del piano.
Estaba abarrotado el auditorio
de amantes de la música y el canto,
personas que esperaban los acordes
que tú les ofrecieras con tus manos.
Miraste a la penumbra en un segundo
y luego te volviste hacia el teclado,
tus dedos arrancaron unas notas
preludios del inicio y el adagio.
Y todos nos quedamos en silencio
dejando el pensamiento en un letargo,
captando la ilusión y fantasía
surgida de tus dedos paso a paso.
Fue fácil apreciar tanta belleza
y luego suspirar en el descanso,
y fácil, también fue, el enamorarse
siguiendo los dictados de tus labios.
Tenías a la música tan dentro
que era para ti, como un regalo,
pulsar y deslizarse por las teclas
y tus dedos temblar en un remanso.
Entonces comprendí, tras el concierto,
que no eras una sombra del verano,
tampoco una princesa cazadora
buscando corazones despistados.
Llevabas al amor en tus latidos,
y dabas a los dedos el encargo
de verlo y proclamarlo en cada instante
que fuera para él, como un regalo.
Te vi y me enamoré, en aquella tarde,
del cuerpo y de los dedos reflejados,
aquellos que rompían la armonía,
el ritmo y la calma de los astros.
No puedo comprender de qué manera
los tiernos sentimientos culminaron,
más sé que en un momento nuestros besos
unieron sus destinos con un lazo.
Un lazo con la música de fondo
y en ella con tus dedos adorados,
forzando los agudos y los graves
del fondo tan sublime del piano.
Rafael Sánchez Ortega ©
19/07/12
El amor y el arte se unieron en tus versos, Rafael, dos dones lanzados a quien pueda sostenerlos en sus manos...
ResponderEliminarMuy hermoso, amigo.
Abrazos miles, en esta noche chilena.
Gracias Maritza por tu visita y comentario.
ResponderEliminarAbrazos para ti desde España.
El amor y el arte... ¿no es el amor un arte? ¿de dónde sale el arte? - De dentro. De dentro de esos latidos que pulsan esos dedos que se deslizan por el piano y hacen sublime el sonido y esparcen notas de amor.
ResponderEliminarCasi suena aquí el piano, Rafael, y es hermoso.
Un abrazo en la avanzada noche.
Que bello poema, el amor y la música de la mano. Abrazos Rafael...
ResponderEliminarSiempre he sentido una admiración por esas personas que saben sacar vida a un instrumento musical y hacer llegar la misma a nuestras almas, Mafalda.
ResponderEliminarUn abrazo.
El amor y la música de la mano... Me gusta Pepa, que tengas esa visión.
ResponderEliminarUn abrazo.
muy buen recorrido , descripción de situaciones y emociones que acompasan el tenor de la voz hablante, su impresión y evocación latentes en las notas del piano
ResponderEliminarun abrazo y feliz semana
Gracias por tu visita y comentario Elisa.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana también para ti.
Todo arte se ejecuta mejor cuando se siente, se ama, se añora, se desea.
ResponderEliminarYa sea poema o música, o cualquier otra expresión, mejor si es con el alma a rebozar de amor.
Abrazos
Se nota que amas el amor ,Rafael y con la música como telón de fondo resulta maravilloso.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana.
Suscribo plenamente lo que dices sobre el arte TriniReina, pienso como tú.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
Cierto Morgana, pienso que buscar el amor y "amarlo" es ya algo maravilloso.
ResponderEliminarUn abrazo para ti y feliz fin de semana.
Hola, Rafael
ResponderEliminarNo sé si fue el reflejo de ella en el piano, sus dedos o su vestido, pero hoy la tienes presente.
Vale.
Abrazos
Siempre nos queda en el subconsciente el recuerdo, el sueño ó la ilusión de algo ó de alguien Alicia.
ResponderEliminarUn abrazo en la noche.
La música enlaza sentimientos, es verdad!
ResponderEliminarY al igual que tu musa siento la música por dentro y por fuera, como parte de mi ser.
Bellas letras, que son música para mi alma.
Besos de mariposa!
Es bonito lo que dices Diana. Sentir la música así ya es algo maravilloso.
ResponderEliminarBesos también para ti.