Con la mano derecha
sostenía un pañuelo,
y secaba su cara
del sudor incruento,
era un día de junio
con un manto en el cielo
del azul, tan profundo,
y den tanto misterio,
y su mano seguía
por la cara y el cuello,
deteniendo las gotas
del sudor indiscreto
porque afuera los rayos
enviaban el fuego
de ese sol que anunciaba
un verano coqueto...
Dos viejitos, sentados,
en un banco del puerto,
disfrutaban la sombra
de unos robles muy viejos,
se cruzaban palabras
como chicos traviesos
que algún día jugaron
y también compartieron,
¡qué momentos felices,
y qué años aquellos,
cuando juntos hallaron
el placer de unos besos!,
pero ahora, los años,
aceleran sus miedos,
con las sombras y dudas
que creían tan lejos...
"...Con la mano despide
a la nieta, el abuelo,
ya que va salerosa
y contenga al colegio..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/11/19
Bravo Rafael es un poema .relato donde nos cuentas una bonita y tierna historia ..
ResponderEliminarEs precioso ver como ese etapa de la vida , los mayores disfrutan de los nietos ..es la vida .
Un abrazo amigo ..feliz velada
El calor del sol y el calor del amor hechos sudor y afecto en tu poema...
ResponderEliminarJunio me gusta, yo nací en ese mes...
Abrazo
Es un bonito mes, sin duda. Gracias Impersonem.
EliminarAbrazo.
ole qué bonito. Los abuelos son eres seres casi mágicos que siempre tienden la mano cálida del amor.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz día, con o sin calor.
Qué bueno es recordar lo vivido con alegría,Rafael. Cuando uno llega a cierta edad lo más valioso son los sentimientos por el ayer, por la familia, por los amigos, por los nietos.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo.
Gracias María Jesús.
EliminarAbrazo.