Los grandes silencios
ahogan las almas,
y quedan ausentes
en tierras lejanas,
se vierten suspiros
sin voz y palabras,
pequeños retales
de llantos y lágrimas,
se ven las pupilas
un tanto mojadas,
de gotas de nieve
buscando la calma,
los labios murmuran,
también a la nada,
rosarios y cantos
del viento que pasa...
Los grandes misterios
ocultos se guardan,
evitan los fríos
de auroras y albas,
se dejan pendientes
del niño y su carta,
que manda a los cielos
por Reyes, con ganas,
espera un regalo,
del premio sin mancha,
aquel que, una noche,
la luna contara,
recuerda un camino,
estrellas de plata,
y al fondo una cueva
y en ella las hadas...
"...Los grandes amores
se luchan y ganan,
y son sus silencios
preciosas etapas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/12/19
Esa carta de mano infantil, pronta a llegar a destino, qué silencios no deja dormidos, en las almohadas, como esos que las manos adultas dejan tejidos en el alma.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz sábado
Gracias por tus palabras, Albada Dos.
EliminarUn abrazo.
Cuando hablamos con el recuerdo, a veces escuchamos sólo el silencio... pero más allá de ese silencio, creo que existe la certeza de interior de los reencuentros... también a veces, en sueños nítidos y permanentes, nos llegan algunas respuestas a esos supiros y a esas palabras...
ResponderEliminarAbrazo
Todos las escuchamos, Impersonem.
EliminarAbrazo.