viernes, 20 de diciembre de 2019

4.027 - NUEVAMENTE...



Nuevamente sale el sol en la mañana,
alcanzando a nuestro hombre.

La luna, temblorosa, ha cumplido su trabajo
y regresa a descansar.
Ha velado al niño ya crecido y es hora de volver 
a las tinieblas de la noche
para que el alba continúe la misión
de abrir las ventanas y dar paso al cielo, azul, 
que ofrece el nuevo día.

Atrás queda la resaca y la embriaguez 
de la noche pasada,
precediendo a la derrota.

Un suspiro se escapa de los labios
del durmiente
mientras siente la incertidumbre
de la vida

No quiere levantarse, ni tratar de luchar,
para enfrentarse al nuevo día 
y conseguir la victoria.

Quiere quedarse un rato más y seguir,
con los ojos cerrados,
ignorando al mundo y olvidando su vida.

Tiene las alas rotas 
y piensa que no merece la pena volver a volar.

"¡Quiero dormir!", (balbucean sus labios),
y un ángel acude a su lado, 
para ofrecerle un trago agridulce
de la copa del amor
y calmar esa sed que le atormenta.

Rafael Sánchez Ortega ©
25/11/19

8 comentarios:

  1. Un lindo poema donde la luna cumple a la perfección el cuidado de ese pequeño ..pero le deja libertad para que siga su camino hacía un nuevo día ..excelente .
    Un abrazo en esta noche donde no creo que haya lugar donde no caiga lluvia ..

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    1. Gracias Campirela, y sí, también llueve, aunque menos que anoche.
      Un abrazo.

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  2. Siempre vigilante la luna.

    Precioso poema, Rafael.

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  3. La luna, espectadora de primera fila de ese cansado despertar de algunas vecees, en lso que uno cree tener las alas rotas. Luego, con el día, se descubre la alegría de poder seguir volando.

    Un abrazo y feliz Navidad, Rafael

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    1. Gracias por tus palabras, Albada Dos.
      Un abrazo y Felices Fiestas.

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  4. Sed de amor y cuando se bebe de esa copa, todo cambia. El amor todo lo puede. Somos amor y necesitamos darlo y recibirlo. Lindo mensaje para estos días amigo.
    Un gran abrazo.
    Paty.

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