De nuevo viene
la nieve a la montaña
de cada invierno.
Su manto blanco,
repleto de belleza,
inmaculada.
Tú lo recuerdas
guardando su hermosura
para tus pies.
Y ellos rompían
la nota de silencio
que te ofrecían.
Duerme la nieve,
igual que ayer dormía
en dulce lecho.
Vemos por ella
los gamos y rebecos
y algunos cuervos.
Nieves silentes
que abrazan y enamoran
con su candor.
No sé, si un día,
los hombres serán libres
como esta nieve.
Nieve del cielo,
suspiros de los dioses,
versos que duermen.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/01/21
Otra vez la nieve y la lluvia del cielo. Es como esas lágrimas perdidas que nos dejan las estrellas y que, lentamente, llegan hasta nuestros ojos en la noche rasgando el cielo, y dejando una sensación de ternura en las almas.
Toda la naturaleza es lo que es, y por eso se siente tan libre, sin temor a dejar de ser, confiada en los ciclos naturales de su existencia.
ResponderEliminarLa nieve es preciosa y tiene muchas connotaciones, las tuyas son magníficas amigo.
Un beso y abrazo.
Paty
Gracias por tus palabras, Paty.
EliminarUn abrazo y feliz domingo.
Belleza de la nieve que en mi ciudad solo se conoce por fotos y que es tan bella como tu poema. Feliz domingo.
ResponderEliminarmariarosa
Gracias María Rosa.
EliminarUn abrazo.
Bellísimos versos, Rafael. 👏🏼👏🏼
ResponderEliminarGracias Galilea.
EliminarAbrazos.
La nieve, con su manto blanco inmaculado, trae poemas y serenidad a quien la contempla.
ResponderEliminarNo sé si algún día seremos libres, pero la libertad en el poema, no nos la quita nadie.
Abrazo, Rafael.
Pienso como tú, Verónica, y, de momento, seguiremos gozando de nuestros sueños.
EliminarAbrazp-