Estás ausente,
pequeña mariposa,
con tu ternura.
Noto esa falta,
y el beso y las caricias
de tu figura.
El largo invierno
me impide saludarte
día tras día.
Dentro de poco
vendrá la primavera
y tú con ella.
Vendrán las flores
también a los jardines
y los jilgueros.
Vendrán los niños,
aquellos, de una infancia,
hoy legendaria.
Lloran los ojos.
Me enjuagaré una lágrima
de mis pupilas.
Lloro y te añoro,
mi dulce mariposa,
¡no sabes cuánto!
Y mientras llegas
acercaré mis sueños
hasta tus alas.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/02/21
Volverá la vida ❤❤
ResponderEliminarHermoso!