Me deja el viento
fragancias de la tierra
y de los mares.
Campos sembrados,
de trigo y cereales
para vivir.
Aguas bravías,
bautizo de grumetes
en pleamar.
También la brisa
me deja sus caricias
con suavidad.
Unas del hombre
y el niño de la tierra
junto a su hogar.
Otras del joven
remando, en su trainera,
rumbo a la mar.
Y a todo esto
el viento se encabrita.
¡Hay temporal!
Corren las nubes,
los árboles protestan
del vendaval.
Y la galerna
se ensaña, cual juguetes,
con las traineras.
Amigo viento
te ruego que me cuentes
tantos sucesos...
Rafael Sánchez Ortega ©
30/01/21
Muchas veces el viento es el protagonista de los versos y se convierte en el amigo, el confidente, el mensajero y hasta en uno mismo, como espejo y reflejo de la conciencia del poeta.
El viento es compañero de viajes... unas veces en brisa y otras en aire. Un cómplice como la sombra que siempre nos acompaña. Bonitos versos, amigo Rafael.
ResponderEliminarMil besitos en la tarde.
Gracias por tus palabras, Auroratris.
EliminarUn abrazo en la tarde.
El viento es oxígeno, me encanta cuando es suave como una brisa.
ResponderEliminarEs protagonista siempre.
Un beso Rafael.
Así es, Luján.
EliminarUn beso en la tarde.
La levedad y ligereza del viento hace que pueda colarse en todos los lugares, incluso en nuestra mente.
ResponderEliminarLinda inspiración amigo.
Besos. Paty
Gracias por tus palabras, Paty.
EliminarBesos.
Gran reflexión es cierto muchas veces la brisa que te abraza te inspira y se hace dueña de los versos muy dulces haikus , un abrazo desde mi brillo del mar
ResponderEliminarGracias por tu comentario Bea.
EliminarUn abrazo desde el cantábrico.
Entre campos de girasoles, me he sentido como tú, así de libre entre los vientos y sembrados.
ResponderEliminarUn abrazo, y feliz día
Gracias por haber sentido lo que dices con mis versos, Maripau.
EliminarUn abrazo y feliz miércoles.
Bellísimo ❤
ResponderEliminarGracias Galilea.
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