Ave de paso
que llegas en la tarde
desorientada.
Detén tu vuelo,
descansa de este viaje,
déjame verte.
Veré tu cuerpo,
tus ojos y plumajes,
y sonreiré.
Cuando tus alas
se encuentren mejoradas
te marcharás.
Irás al norte
siguiendo las estelas
de antiguos viajes.
Irás contenta,
volando presurosa,
hasta tu tierra.
Para tu marcha
te entregaré un encargo,
si tú lo quieres.
Quiero que lleves
contigo, mi silencio,
y soledad.
Llévalos lejos
y diles que no vuelvan,
que soy feliz.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/03/21
Awesome post
ResponderEliminarGracias.
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